Las decisiones de Laporta para el renacer del Barça: Messi, los fichajes y las salidas
La competitividad es un término bastante difuso sobre todo si hablamos de equipos de élite. ¿Hasta qué punto la temporada de un club puede ser tildada de fracaso cuando ha conquistado uno de los tres títulos en juego? De todos modos para no entrar en barrena, dejaremos claro que al Barça hay que exigirle algo más, y Laporta se encuentra en la posición ideal para comenzar a tomar decisiones drásticas y tajantes.
En primer lugar se ha de solucionar cuanto antes el futuro de Leo Messi. Parece que Leo confía en el nuevo presidente y estaría dispuesto a hacer esa rebaja de sueldo que permitiría al Barça mantenerle en el club unos años. Conociendo a Messi parece imposible que su último partido con la elástica blaugrana fuese el del pasado fin de semana frente al Celta de Vigo. Además la estrategia de “atar” al Kun Agüero está totalmente direccionada a conseguir la continuidad del astro argentino.
El segundo punto a tener en cuenta por Joan Laporta es la operación salida. Hay varios jugadores como Lenglet, Umtiti, Sergi Roberto o Coutinho que no deberían volver a vestir la camiseta de este equipo. Luego hay otros como Jordi Alba, Busquets o Griezmann que si quieren seguir en el Barça deberán aceptar sí o sí una rebaja salarial.
Otro aspecto a tener en cuenta a corto plazo es conseguir traer a jugadores que aumenten la competitividad del equipo. Parece que Depay, Agüero y Eric García están hechos, pero el equipo necesita una estrella, una nueva figura a la que agarrarse cuando Messi no esté. La situación económica del club va a complicar bastante cualquier intento de contratación de un jugador con contrato vigente, pero hay jugadores como Haaland o Mbappé que se encuentran en un ahora o nunca.
El último punto que deberá afrontar este mismo verano el nuevo presidente del Barça es el futuro de Koeman en el banquillo culé. Sus declaraciones en los últimos días han sido muy criticadas por un amplio sector de la prensa y la afición. Parece el momento idóneo para que sus caminos se separen definitivamente.