Las consecuencias de la continuidad de Messi en el FC Barcelona

Después del bombazo del burofax, durante los últimos días se comenzó a barajar la posibilidad de que Messi se quedaría en el Barcelona al menos una temporada más y ayer se confirmó la noticia por parte del propio jugador.

Una noticia que alegra al aficionado azulgrana, pero que no deja de ser un 'parche' en términos deportivos. Se vaya de buenas formas o de malas, Messi algún día tendrá que poner fin a su carrera deportiva. Es ley de vida y todos acaban retirándose y el astro argentino no será una excepción. El Barça tenía ahora, ante sí, una oportunidad de rascar un buen puñado de millones - si hubiera accedido a negociar con otros clubes - a costa de perder a su mejor jugador.

Le pasó lo mismo al Real Madrid, que decidió correr el riesgo con Cristiano Ronaldo. La temporada 18/19 fue pésima en cuanto a resultados, pero dos años después el equipo acaba de proclamarse campeón de Liga. Es una 'penitencia', una decisión traumática, pero necesaria.

Solo el tiempo dirá si la decisión ha sido acertada en el plano deportivo. A priori, librarse del estratosférico salario de Messi y además recibir dinero por su fichaje habría facilitado la necesaria renovación de la plantilla. Ahora Messi seguirá un año más comandando el proyecto pero su permanencia limita la capacidad de la directiva de realizar ya fichajes a sabiendas que dentro de un año - si nada cambia - Messi se irá libre.

Fuera del plano deportivo, lo mejor de la decisión que ha tomado Messi es que se podrá despedir de la forma en la que ambos, club y jugador, se merecen. Messi ha dado mucho al Barcelona, pero también al revés. No era de recibo que un jugador de su dimensión abandonara el club de esta forma. Ahora tienen un año para sentarse, hablar y planificar el adiós del mejor jugador de la historia del club.

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