Las cinco sustituciones que propone la FIFA frenarían la continuidad en el fútbol
La FIFA se plantea ampliar a cinco las sustituciones por partido. El organismo internacional ha propuesto esta medida para intentar salvar lo insalvable, la vuelta de la competición. De volver, los partidos tendrían que ser mucho más seguidos y, debido a esto, habría que aumentar el número de sustituciones, pues existe una posibilidad mucho más alta de caer lesionado. La medida en sí es positiva, pero innecesaria, pues, si existe un riesgo de lesión tan alto como para incrementar en dos el número de cambios por partido… ¿qué necesidad hay de volver a competir? Más allá de la monetaria, ninguna.
Hace ya más de 40 días que el mundo entró en cuarentena por el coronavirus y, aunque se ha conseguido aplanar la curva, la desescalada apenas acaba de comenzar en muchos países, en otros ni tan siquiera lo ha hecho todavía. La vuelta del fútbol significaría atacar al alma de este deporte con partidos a puerta cerrada, sin hinchada. Además, este retorno también acarrearía la movilización de mucho personal en viajes de una ciudad a otra para disputar los partidos, pues más allá de jugadores y cuerpo técnico también se desplazan médicos, directivos, conductores de autobús, utilleros… Un despiporre de personal y una probabilidad de contagio que aumentaría progresivamente. Para colmo, el calendario se apretaría y el riesgo de lesión se multiplicaría. ¿Por qué salvar lo insalvable?
Esto no es todo. Esta medida arrastra una norma todavía más absurda. La FIFA permitiría realizar 5 cambios, pero tan solo en tres ocasiones. Es decir, durante los 90 minutos reglamentarios solo pueden haber 3 acciones de sustitución, alguna tendrá que ser doble o incluso triple. Esto lo hacen para evitar pérdidas de tiempo. Sin embargo, la decisión puede ser contraproducente. ¿Qué ocurre si ya se han hecho las 3 sustituciones y se lesiona un jugador? La decisión de los cinco se ha elaborado para prevenir esta situación, por lo que no es una posibilidad inverosímil.
En definitiva, cada día que pasa el fútbol está un poco más lejos de volver a ser ese deporte que tanto nos maravilla, al menos esta temporada. Los organismos, en su afán por no ver lastrada su estrafalaria economía proponen cualquier tipo de medida para intentar salvar los encuentros. Piensan en el billete y no en quién lo produce: el futbolista y la hinchada. Si no se favorece a estos dos aspectos, la cadena de producción se rompe. Si existe un riesgo tan grande de lesión, junto al riesgo de contagio, no debe continuar. La salud siempre es una prioridad.