La marcha de Luis Suárez es un mal necesario para Leo Messi
Por Adrían Marcos
El FC Barcelona, después de la humillante derrota frente al Bayern de Múnich en la Champions League, ha asumido que es el momento de comenzar la renovación de una plantilla que hace ya varios años que muestra síntomas serios de agotamiento. El equipo ha seguido conquistando títulos a nivel nacional, mientras que un año tras otro se les ha resistido la máxima competición europea cuando su rival mostró una intensidad que no podían igualar.
Esta reestructuración que para algunos, como Gerard Piqué, tiene que ser completa, desde la directiva hasta la plantilla pasando por el cuerpo técnico y para otros, como Josep María Bartomeu, se limita a los que pisan el césped, arrancó con la destitución de Quique Setién y Eric Abidal. Dos víctimas previsibles dada la situación antes de empezar con una limpieza en el vestuario que amenaza a los más veteranos, a las llamadas 'vacas sagradas'.
Gerard Piqué, Jordi Alba, Sergio Busquets, Ivan Rakitic, Arturo Vidal, Leo Messi y Luis Suárez superan ya la treintena. Algunos de ellos fueron parte importante del equipo que logró el 'Sextete' con Guardiola, otros han ido aportando su granito de arena desde entonces, pero para varios podría haber llegado su hora en el FC Barcelona, el momento de decir adiós.
Entre todos ellos el hombre al que gran parte de la afición ah sentenciado es el uruguayo, que ha estado muy lejos de su mejor nivel en los últimos años. Las lesiones y los años han comenzado a pesar en Luis Suárez, que sigue teniendo el mismo hambre de gol, la misma eficacia dentro del área, pero no puede ofrecer todo lo que necesita el FC Barcelona en el 'nuevo fútbol' donde el físico prima para mantener la intensidad al máximo durante los 90 minutos.
Los azulgranas conservan al rematador implacable, pero cuentan con un hombre menos en la presión al que se suma Leo Messi. El argentino puede quedar exento de esa labor por todo lo que aporta en ataque, por su capacidad para decidir partidos, pero no se pueden permitir tener a otro hombre anclado en las medianías del área a la espera de recibir un balón.
La presencia de Luis Suárez sobre el terreno de juego obliga al resto de sus compañeros a hacer un mayor esfuerzo si quieren presionar la salida del rival y, por consiguiente, lleva al equipo a buscar una defensa más replegada, lo que acerca al rival al área propia y les aleja de la zona de peligro. El FC Barcelona no puede plantearse la idea de buscar el robo en campo contrario y tampoco puede esperar atrás para lanzar la contra porque no tiene un jugador veloz arriba.
El uruguayo sigue sumando goles, aunque cada vez menos, pero en el resto de las facetas del juego no es mas que un escollo, un lastre con el que han tenido que cargar en esta recta final de temporada en la que claramente se ha visto un bajón notable en el rendimiento del equipo. Luis Suárez es sin duda el mayor apoyo de Leo Messi en el vestuario del FC Barcelona, pero si el '10' quiere seguir ganando, la salida de su amigo es un mal necesario.