La fragilidad de João Félix empieza a preocupar
Por Pablo Falcones
El verano pasado, Griezmann hizo las maletas y se marchó al Barcelona a cambio de 120 millones de euros. El Atlético de Madrid no tardó en encontrarle un relevo y fichó por 126 'kilos' a Joao Félix, perla de 19 años del Benfica llamada a brillar con luz propia en la próxima década en el fútbol mundial.
Sin llegar a deslumbrar de manera espectacular, el portugués progresa adecuadamente en casi todos sus aspectos de un primer año en el Atlético de Madrid. Ha jugado 28 partidos, 24 de titular, y en casi todos ha dejado detalles de su clase. Sin ir más lejos, la asistencia para el gol histórico de Marcos Llorente en el último encuentro que jugó el equipo 'pre'COVID, ante el Liverpool en Champions (2-3).
No obstante, hay un 'apartado' del luso que debería preocupar en el seno del club rojiblanco: las lesiones. En octubre se produjo un esguince de tobillo ante el Valencia que lo tuvo fuera del equipo durante 6 encuentros y ayer, con la reanudación de la liga a la vuelta de la esquina después de 3 meses de parón, sufrió un esguince de rodilla que le hubiera impedido jugar en Bilbao... si hubiera podido, porque está sancionado.
Es cierto que un primer año con Simeone y cuando sólo eres un joven de 20 años es muy exigente. Y también es cierto, repito, que Joao Félix está haciendo una primera temporada aceptable. Pero las lesiones del portugués, su fragilidad, podría empezar a ser preocupante. En los próximos años veremos si es capaz de solucionarlo o a la larga se convierte en uno de esos jugadores de cristal que se 'rompen' cada dos por tres.