La derrota contra Chivas, más culpa de los jugadores que de Miguel Herrera

Antes de que Jorge Antonio Pérez Durán señalara el final del partido entre América y Chivas, las redes sociales ya ardían con una masacre al interior de las Águilas, con Miguel Herrera como principal responsable de la eliminación en cuartos de final ante el acérrimo rival.

Aunque es evidente la responsabilidad del 'Piojo' en esta casi vergonzosa derrota, también es justo mencionar que no fue el único culpable esta noche ni en toda la serie. Su mala imagen es propiciada por el contraste con Víctor Manuel Vucetich, quien se cargó a las Chivas en la espalda desde la pizarra y venció por goleada a la táctica de Miguel.

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Miguel Herrera merece las críticas, no cabe duda, pero está siendo crucificado injustamente, porque así como se le deben exigir variantes tácticas sobre la marcha, también se debe reconocer que el planteamiento de la ida fue correcto, sobre todo en el primer tiempo. Tuvo tres acciones claras de cara al marco y además contuvo de manera correcta al Guadalajara los primeros 45 minutos.

Miguel no fue el que falló un cabezazo dentro del área chica, ni el que erró un mano a mano contra Gudiño. Nada más esas dos acciones condicionaron completamente la eliminatoria y ahí no pudo hacer nada más el 'Piojo'.

El objetivo no es defender a muerte a Miguel Herrera, sobre todo por su incapacidad de reaccionar en la pizarra durante los partidos, pero es válido mencionar que en esta ocasión, sus jugadores no le respondieron acorde a lo esperado.

Henry Martin se volvió a esconder en los momentos importantes, porque solo con correr y luchar no basta. Las marcas en los tres disparos de Calderón son paupérrimas y vergonzosas para un equipo que aspira a ganarlo todo. La influencia de Córdova y Giovani son lamentables para portar la etiqueta de creadores del América y da la impresión de que el corazón del equipo quedó sepultado en aquella final del año pasado.

Miguel se quedó paralizado ante los impulsos del 'Rey Midas' desde la banca y eso es imperdonable, pero esta eliminatoria la pierden más los jugadores que el entrenador. En el partido de vuelta otra vez carece de contundencia, se presentan nuevos lesionados y el ímpetu fue triste para la historia de los futbolistas americanistas.

Antes de pedir la salida de un entrenador exitoso, vale la pena reflexionar con calma los escenarios de un América que, aunque no lo parezca, no tiene el plantel competitivo que presume y están sumergidos en fichajes intrascendentes, apuestas absurdas por jugadores desconocidos y con nivel por debajo de plantillas anteriores.

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