'La Chofis' mejoró mucho en Pachuca, pero es temprano para elogiarlo de más

El Pachuca logró ser campeón del Torneo Apertura 2022 de la Liga MX y lo hizo de gran forma, goleando y gustando, dejando en el camino a escuadras poderosas como Tigres y Rayados, dando así su primer título de Liga al uruguayo Guillermo Almada, quien ya había perdido dos finales, una con los Tuzos y otra con Santos Laguna, lo cual fue un duro revés, pero no dejó de trabajar y ahora se unió al selecto grupo de estrategas que dejan marcada su historia en el balompié azteca.

Pasando a la plantilla de jugadores del club hidalguense tenemos a varias promesas a futuro como Víctor Guzmán, Luis Chávez, Kevin Álvarez y Érick Sánchez, pero uno que precisamente llamó mucho la atención al ser fichado fue Eduardo López, quien volvió de la MLS y al no entrar en planes de las Chivas, fue mandando con el cuadro de la Bella Airosa, esperando que pudiera retomar ese nivel que alguna vez tuvo.

La Chofis salió por la puerta de atrás del Guadalajara por problemas extra cancha, pese a estar catalogado como un canterano prometedor que podía dar el salto a Europa y jugar con la selección mexicana, sin embargo, se hablaba más de sus indisciplinas y aunque tuvo muchas oportunidades en el redil, la paciencia se acabó y fue mandado al San José Earthquakes, donde se reencontró con el argentino Matías Almayeda, quien logró recuperarlo de alguna forma, sin embargo, con la partida del Pelado de la MLS, se acabó el tiempo del mediocampista en suelo norteamericano.

Ahora bien, reforzó a Pachuca a mediados del semestre, no pudo ganarse un lugar en el once inicial porque primero tenían que ponerlo en forma y recuperarlo físicamente, ya que uno de sus más grandes problemas ha sido el físico. Se esperaba que Almada realmente pudiera recuperarlo y hacerle ver que tenía un talento nato que no debía ser desperdiciado, así que se concentró en trabajar, dejó de lado las polémicas y cuando fue requerido por el timonel, ayudó con el objetivo, brindando juego y haciendo buena mancuerna con Guzmán, Sánchez y Chávez cuando debía ingresar de relevo o de las pocas veces que arrancó de inicio.

Sin embargo, tampoco es para perder la cabeza y volver a elogiarlo como cuando vestía la casaca rojiblanca porque apenas sumó dos goles y dos asistencias en 266 minutos jugados. Hay que dejarlo fluir poco a poco hasta que realmente esté en un estado óptimo, pues de entrada no volverá al Rebaño haga lo que haga, ser parte del Tricolor está verdaderamente lejos de sus posibilidades y por ahora se mantiene como un jugador más del montón, muy por debajo de sus compañeros en la Bella Airosa. Todavía tiene mucha cuerda, no hay porque dejarlo de observar, mas es temprano para querer explotar su imagen y subirlo a un ladrillo como cuando comenzaron a llamarlo el Messi Mexicano. Eso fue una exageración, algo que le hizo daño y sólo con los golpes que ha sufrido hasta ahora ha entendido cómo debe manejar su imagen y su carrera. Con 28 años todavía tiene un gran futuro por delante y no hay duda de que en Pachuca seguirá creciendo. Dejemos que el tiempo diga si realmente tiene la capacidad de trascender y ser una estrella internacional.

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