Jugando como ayer en el inicio en Éibar, este Real Madrid es prácticamente imparable
Por Pablo Falcones
Anoche el Real Madrid tuvo que trabajarse el triunfo ante un competitivo Éibar (1-3). No fue hasta el último instante, con el gol del incansable Lucas Vázquez, cuando los blancos pudieron cerrar el partido y sumar así la quinta victoria consecutiva. Pero los primeros 20 minutos del equipo de Zinedine Zidane fueron una auténtica exhibición
Liderados por un Modric rejuvenecido en el último mes y por un Benzema de clase mundial una vez más, la velocidad a la que movían el balón del centro del campo hacia delante, unida a la precisión en el toque, era de manual. Los blancos ahogaron al Éibar con un juego vertiginoso y una presión asfixiante, que apenas permitía a los armeros llegar hasta la línea del centro del campo.
Fueron los propios Benzema y Modric los que dieron ventaja al equipo. Pero en esos apenas 20 minutos, el encuentro podría haber quedado sentenciado. Un vendaval de juego y de ocasiones que pasó ayer por Éibar y que manda un aviso de que, como alcance su mejor nivel, es un rival temible no sólo en España, sino también en Europa.
Algo parecido ocurrió en la victoria decisiva de hace unos días ante el Borussia Monchengladbach (2-0). El problema que tiene el Real Madrid es que este nivel aún no lo sabe mantener durante partidos completos y le falta continuidad. Además, por lo visto hasta la fecha esta temporada hay una gran diferencia entre los titulares (y tres o cuatro jugadores más) y los teóricos suplentes.
Los bajones que ha dado el equipo cuando han jugado algunos futbolistas han sido evidentes. Pero la temporada es muy larga y Zidane sabe que necesita a toda la plantilla. Si es capaz de enchufar a sus hombres y mantener el nivel de los primeros 20 minutos de ayer en Éibar, este Real Madrid es prácticamente imparable