Javier Pinola: "Martínez Quarta debería ser seguro uno de los centrales de la selección argentina"

Entrevista exclusiva con Javier Pinola, capitán de River
Entrevista exclusiva con Javier Pinola, capitán de River /
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En esta segunda parte de la entrevista exclusiva con Javier Pinola, el capitán de River habló del gran presente de sus compañeros Enzo Pérez, Rafael Santos Borré, Nicolás de la Cruz y Gonzalo Montiel y explicó porqué decidieron permanecer en la institución de Nuñez.

Además, contó cómo lo convenció Marcelo Gallardo para que se pusiera la camiseta del 'Millonario' y recordó su paso por el Nuremberg de Alemania, club del que es una leyenda. Y, de yapa, ¡postuló a dos ex River como dupla central de la selección argentina!

Enzo Pérez está en un gran nivel, ¿creés que se le puede dar otra chance en la selección argentina?

No me sorprende porque lo veo todos los días, por el recorrido que tuvo en Europa, por el que tuvo en la selección. Lo que sí, sorprende que se haya adaptado a una posición que no era la habitual en él. Es un chico cabeza dura, que intenta y se propone cosas hasta lograrlo, por eso está en el nivel que está. Está incluido el hecho que él la pasa bien, y cuando la pasas bien en un lugar, las cosas salen más naturalmente y mucho mejor.

Soy un ferviente convencido que hasta que uno no se retira, siempre debiera tener las puertas de la selección abiertas, porque no importan las edades sino el nivel que estés demostrando y lo que puedas aportar. Siempre estamos con la idea de "en este Mundial va a tener tantos años", no importa, el hoy es hoy. Tal vez al Mundial no llega, pero él hoy está ayudando a que pueda llegar a ese torneo desde su lugar, en el día a día, en los entrenamientos, qué puede llegar a decir y cómo aconseja.

Enzo Perez
Enzo Pérez reinventó su juego en los últimos tiempos. Actualmente ocupa la posición que supo cubrir Leonardo Ponzio y es el emblema de este River. / Marcelo Endelli/Getty Images

" El fútbol es una locura hermosa, pero en Argentina todo se dimensiona mucho más."

River perdió grandes figuras en el último tiempo como Lucas Martínez Quarta, Nacho Fernández ¿Cómo puede reinventarse constantemente?

Principalmente por el grupo. Obviamente que cada jugador que se va es una pérdida sentimental, porque es un grupo muy lindo, es difícil encontrar planteles de este tipo. Al menos en mi lugar, en una carrera de 20 años, no es fácil encontrarlo. Si bien lleva un tiempo adaptarse a no tener ese jugador, a la larga se consigue, porque el grupo te respalda, te da confianza, sabe lo que pretende el entrenador, entonces el que viene se inserta y va junto a nosotros por el mismo camino.

Obviamente tienen un periodo de adaptación, si bien son grandísimos jugadores los que llegan, River es otra cosa. La intensidad, el juego, la exigencia, a muchos nos ha costado. El 80% de los que llegan les toma un tiempo adaptarse, pero una vez que lo hacés, es hermoso. Como lo hacemos como grupo, es que podemos reemplazar a los grandes jugadores que se van.

Pinola arribó a River Plate a mediados de 2017, cuando estaba en un altísimo nivel en Rosario Central. En ese mercado de pases, Boca llevaba la delantera en la negociación, pero apareció un llamado de Marcelo Gallardo y todo cambió. El defensor finalmente firmó con 'La Banda' y hoy acumula seis títulos con la institución: 1 Copa Libertadores (2018), 1 Recopa Sudamericana (2019), 2 Copa Argentina (2017 y 2019) y 2 Supercopa Argentina (2017 y 2019).

En su momento, tenías todo definido con Boca y apareció River. ¿Sentías que no podías terminar tu carrera sin jugar en el club?

Sí, es muy largo de explicar, ese fue el sueño de chiquito. Mi abuelo era hincha de Independiente, socio vitalicio, pero llegó hasta la 4ta división de River. Según lo que me contaba mi papá, era un enganche de los de antes, zurdo. Eran otras épocas y por tener que salir a trabajar, dejó el fútbol. Mi papá fue arquero, pero por un tío era hincha de River.

Cuando nazco, estaba apuntado todo a River. Con mis amigos del colegio éramos socios e íbamos a la cancha. Recuerdo una época en la que tenía que recuperar partidos en esa famosa Copa Libertadores del '96, por ahí recuperaba a las tres, cuatro de la tarde un partido y salíamos del colegio y nos íbamos vestidos hasta la cancha. Teníamos la suerte de que a media cuadra vivía una de las mejores amigas de mi abuela, entonces dejábamos las mochilas ahí, veíamos el partido y después las buscábamos para volver a casa. Era una cuenta pendiente y cuando llegó traté de aprovecharlo. Costó mucho porque había vuelto de una lesión antes de llegar a River y si bien uno tiene la voluntad de volver a jugar, sabía que me faltaba mucho en lo físico, por eso creo que me costó mucho la adaptación. Cuando retomé ese nivel físico, fue cuando comencé a dar lo mejor de mí.

Javier Pinola
Javier Pinola en un encuentro por la Superliga Argentina 2017/18 frente a San Lorenzo de Almagro. / Gabriel Rossi/Getty Images

Al momento del llamado de Gallardo, ¿te imaginaste ser un héroe en el club?

Cuando llego a River, fue por el segundo llamado de Marcelo. El primero había sido a los seis meses de estar en Rosario Central y para mí fue un dolor tremendo decirle que no. Que te llame uno de los mejores técnicos del mundo y decirle que no, al mismo tiempo le decía a mi señora "es una locura lo que estoy haciendo".

Yo soy un agradecido y el 'Chacho' Coudet me había dado la oportunidad de mostrarme en Central y sentí en ese momento que debía quedarme. Marcelo lo entendió, el 'Chacho' me lo agradeció y tuve la oportunidad de reinventarme. Al momento del segundo llamado de Marcelo ya le dije que quería ir a River y se arregló en dos segundos. Si bien uno sueña y lucha por conseguir cosas importantes y sentirse querido, por ahí a veces no alcanza a dimensionar que puede conseguir todo lo que consigue.

¿Es normal lo que consiguieron? ¿Tomás dimensión?

La verdad que no lo es. Disputar una final y otra y otra y otra, no es normal. Ahora, cuando vos llegás, querés ganar y cuando no lo conseguís te duele tremendamente porque te acostumbraste a ganar y a competir. No tomás real dimensión, en las vacaciones te ponés cinco minutos a pensar un poco de lo que se logró y ahí decís "no es normal", pero rápidamente tenés que cambiar el chip. Vivís en una vorágine que pensás en el próximo objetivo y después en el siguiente que por ahí esas cosas se disfrutan muy poco tiempo. En el futuro tomaré real dimensión de lo logrado.

Jonathan Maidana
A la izquierda Jonathan Maidana, en el medio Lucas Martínez Quarta y a la derecha Javier Pinola, los tres centrales levantando la Libertadores 2018. / Matthew Ashton - AMA/Getty Images

Se idealiza mucho con la épica de ser futbolista y lo que debe dar para estar a la altura. ¿Cómo convivís con eso?

No es fácil. Uno hace lo que le gusta, pero eso no quiere decir que sea todos los días un goce, que llegás a tu casa patas para arriba y no hacés nada. Requiere un montón de cosas, desde ser profesional, cuidarse con el descanso, comer bien porque ¿a quién no le gustaría comerse un asado? No es habitual en un jugador. Terminás el partido, vas a tu casa, ves a tu familia, charlás de cómo te fue. Nosotros solemos jugar tarde y cuesta dormirse, porque te quedás pensando en todo lo que hiciste en el partido. Si perdiste, te dura toda la semana hasta el próximo partido; si ganaste, no dura tanto, a pesar que uno sigue viendo los detalles mínimos de lo que se equivoca. Mentalmente es un desgaste.

Se idealiza con que gana plata, juega al fútbol, entrena dos horas, está en su casa y no es así, lleva muchas cosas de atrás. Ojalá fuese que salís de tu casa, vas al vestuario, te cambiás y listo, porque eso después lleva a la crítica y a las opiniones. Cuando dicen que uno no escucha o no lee es mentira, porque todos leemos y escuchamos, siempre tenés alguien de tu entorno que te lo comenta. El fútbol es una locura hermosa, pero en Argentina todo se dimensiona mucho más. Es mucho más estresante pero hermoso.

Varios jugadores de River tuvieron la oportunidad de irse en este mercado como Montiel, Enzo Pérez, Borré, de la Cruz y optaron por quedarse. ¿Esta actitud va de la mano con la estructura del club?

Sí, mucho. Pensá que en River estás compitiendo constantemente, peleando por un título, por un campeonato, estás siempre ahí. El club exige ganar siempre o en todo lo que compitas sos favorito por la institución y este proceso, entonces, uno prioriza eso.

Nico de la Cruz y Rafa Borré son jóvenes, saben que si rinden acá van a llegarles mejores oportunidades y van a ganar plata, no tengo dudas. Lo de Enzo fue más por el sentimiento, por estar contento. River hoy funciona en todas sus áreas, te sentís bien, te sentís arropado, no piensan solo en el jugador, piensan en la familia, si te sentís cómodo, si te sentís bien, cómo hacerte sentir bien si no lo estás. A la larga es lo más importante, porque cuando estás bien, das lo mejor.

Para la temporada 2005/06, el defensor argentino, luego de su paso por Racing entre 2003 y 2005, pasó al Nuremberg de la Bundesliga. Diez años en el conjunto alemán lo convirtieron en uno de los máximos ídolos de la institución, devolviéndole la alegría a la afición al obtener la Copa de Alemania en la temporada 2006/07 luego de 39 años, cuando había levantado el título de la primera división alemana en 1968.

"Me gustaría ser técnico en Nuremberg."

¿Ves con posibilidades al Nuremberg de volver a la 1. Bundesliga?

No sé si tan pronto. Es un club que por historia debería estar en la 1. Bundesliga. Se fueron cambiando cada año, no los jugadores, sino el director deportivo. Después como no logró subir, al siguiente año otro director deportivo con otro técnico y a mitad de temporada cambian a otro técnico más. No se volvió a conseguir y viene otro director deportivo más, entonces no tenés un proceso, no tenés una línea que vos decís "bueno, ¿a qué apuntamos? ¿Cómo?". El cómo es lo más importante.

Sí, todos queremos subir a la primera división, pero ¿cómo lo querés conseguir? ¿Vas a tener paciencia? ¿Vas a haber una línea que la respetemos? Si al técnico no le está yendo bien, lo respetamos hasta el final, porque por algo lo traés, si no, no lo hubieses traído. Obviamente después te puede funcionar o no, o por ahí podés creer que no era lo que esperabas, pero ahí es donde vos tenés que decir, hacé un análisis, cómo le fue, qué te puede aportar, a qué apunta.


El rival del Nuremberg es el Bayern. Por la cercanía, porque históricamente, salvo la Copa Alemania que conseguimos, en 1968 fue el último título del club. Si vos mirás, el Bayern tiene la mayor cantidad de títulos y el segundo es el Nuremberg. Ahí es donde vos decís "¿por qué el Bayern funciona?" Más allá de la economía. Porque a los jugadores que dejaron algo o a los que pasaron por ahí se los respeta y les dan un puesto en el club. Porque por idea e idiosincrasia dicen "este es el ADN del Bayern", entonces a los jugadores que llegan, los ayudan y los acompañan. ¿Y el Nuremberg que hizo? Tienen miedo que esos jugadores, ídolos si les dan ese lugar, sean más importantes que ellos.

Uno si le dio tanto al Nuremberg, quiere aportar desde su lugar. Podés venir y decir "¿qué es lo que te gusta?" Quiero ser técnico, bueno, lo ponés como técnico y no va a ser más que el director deportivo, porque nosotros conocemos la calidad de personas que somos, entonces saben que quieren ayudar. Pero cuando vos no le das lugar a esos, ¿cómo hacés para cuando los que llegan se sientan identificados? Que puedan dar lo mejor. Juegan cinco o seis partidos, porque es literal, juegan cinco o seis partidos bien y ya empiezan a llamarlos desde la primera división. Jugás cinco o seis partidos bien y te llama un equipo chico de la primera división y ya te querés ir desesperado a ese equipo, no, si tenés potencial para ir a un equipo mayor.

A los jugadores se les tiene que dar un poquito de tiempo y de paciencia, no exigir subir a primera división en este año que recién llegan al Nuremberg, que son chicos de 18, 19, 20, 21 años que recién están dando sus primeros pasos. Me imagino tener una oportunidad. Sigo en contacto con todos ellos, pero bueno, se tendrá que dar, no hay que forzar las cosas.

¿Te ves más viviendo en Alemania que en Argentina en un futuro? Se habló de un posible puesto en River...

A mí, que tuve la oportunidad de vivir afuera, me encantaría. Por la calidad de vida, por la tranquilidad, por las múltiples oportunidades que podrían llegar a tener mis hijos. No quiere decir que acá no las puedan llegar a tener, pero se vive diferente, todos lo sabemos y no hace falta que yo tenga que aclarar o detallar porqué. Obviamente que tenés acá muchas amistades que en diez años no las pudiste aprovechar, la vida social acá es más simple. Es decir "bueno, venite a tomar un mate" o "venite a comer un asado" y se arregla en el momento. Allá por ahí es un poquito más "venite pasado mañana y comemos un asado". Es más como un orden.

Tengo muchos amigos allá, no es que no me lo imaginaría. Mis hijos saben alemán, van a una escuela alemana, entonces yo no quiero que pierdan el idioma. Al menos darle la mayor cantidad de herramientas posibles para que ellos en un futuro puedan decidir que es lo que quieren hacer. Lo de River lo he escuchado, nadie habló conmigo exactamente que planifican, así que es algo que no me ocupa la cabeza, trato de seguir disfrutando del día a día con mis compañeros y de esta profesión, me siento bien. Obviamente uno se va preparando para lo que va a ser el día después, pero en el momento que llegue se verá.

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Pinola con la camiseta del Nuremberg y el característico "25", dorsal que lo identifica. / CHRISTOF STACHE/Getty Images

¿Tenés definido ser entrenador? Si es así, ¿del Nuremberg?

Sí, me quedan estos seis meses en los que ya termino el título total porque son dos años y medio. Me encantaría, es algo que me apasiona, me gusta el estar ahí en la cancha, el ayudar, el poder hacer mejores a los jugadores. Obvio que me gustaría ser técnico en Nuremberg. Después hay que ver si uno puede hacer el curso allá para no tener que hacer cinco años de experiencia acá en Argentina o si por ahí llego a esos cinco años, ver si tengo la oportunidad de ir allá, pero sí. Son objetivos que uno los planifica.

¿A quiénes ves como dupla de la selección argentina?

Lucas Martínez Quarta seguro. En este momento ya está adquiriendo experiencia europea, lo vi muy bien el día que debutó. Es un pibe bárbaro, un amigo, tiene muchísima calidad, potencial y puede, si se mantiene así. Es un jugador que me encanta. Como su pareja en su momento me encantaba Ramiro Funes Mori, pero tuvo lamentablemente muchas lesiones y le costó volver a encontrar una regularidad, pero es un jugador que me encanta. Ojalá que pueda volver a recuperar ese nivel, porque puede ser el central izquierdo. También hubo pandemia en el medio, no se pudieron reunir tanto y que puedan mostrarse, pero el 'Chino' sería uno, el otro veremos. Por otro lado, un jugador que habría que verlo en otro equipo, Leonardo Sigali me gusta mucho, tuvo recorrido en Europa, tiene muchísima calidad. Es un gusto personal.

Pasando a nuestro característico ping-pong. ¿El último tatuaje que te hiciste?

En el brazo.

¿Los momentos más felices de tu carrera?

La final de Madrid, el debut en la selección, la Copa Alemania con el Nuremberg y mi debut como profesional.

¿El delantero que más te costó marcar?

En su momento, y eso que me fue bastante bien, era la dupla Forlán-Vuoso. Porque eran picantes, sabemos lo que fue Diego y lo que fue Matías en México. Eran insoportables, como en este momento Suárez y Borré, que te pican, te chocan, te van a molestar constantemente, tienen calidad. Tenés que tener un partido perfecto o 95 minutos constantes de concentración porque no podías darles un milímetro de ventaja. Después, Lewandowski que hoy destacamos lo que es, pero yo ya lo conocía hace mucho tiempo.

¿El delantero que más te sufrió?

Con Arjen Robben se hicieron lindos duelos, pero que a la vez requería una atención extrema, cuando yo jugaba de lateral por izquierda y él por derecha. Fueron lindos duelos, sanos, en los que me fue bien porque me concentraba en que no desnivele.

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Javier Pinola y la difícil responsabilidad de marcar a Robben / GUENTER SCHIFFMANN/Getty Images

¿El ídolo de tu infancia?

Me iba fijando en los de mi posición. Un jugador que me encantó siempre fue Eduardo Berizzo.

¿Un sueño que te quede?

El día que me retire, que me recuerden como un gran tipo, buena persona, que se brindó al máximo y que mi familia se sienta orgullosa del camino que recorrimos juntos.