Iker Casillas, Carles Puyol y la frivolización de la homofobia en el fútbol
Si. En condicional. Si los jugadores de fútbol se nombraran gays sin tapujos, si ser puto no fuera aún un tabú en uno de los deportes más masivos del mundo, si no hubiera miradas de reojo, comentarios por lo bajo, si no hubiera prejuicios por ser gay y vestir la camiseta del Real Madrid o de Boca, si el país sede del próximo mundial no persiguiera a la población LGBTIQ+. Si todo eso, si acaso algo de eso, el tuit de Iker Casillas donde decía "espero que me respeten: soy gay #felizdomingo” no hubiera sido viral, no hubiera sido noticia, no hubiera siquiera sido foco de miles de likes y comentarios. Pero no. Ser puto aún hoy en el año 2022 sigue siendo un tabú en el fútbol -sobe todo en el fútbol de élite, de primera división-, entonces el tuit del ex arquero de la selección española se convierte en ofensivo para la comunidad LGBTIQ+.
¿Por qué Iker escribió eso? Él alegó un hackeo pero su tuit fue interpretado por los usuarios de Twitter y periodistas deportivos como un intento de contestar de forma irónica a las relaciones que le atribuyen desde la prensa con distintas mujeres. Su respuesta: salir por una diagonal. Decir que es gay para que lo dejen en paz. Ah linda y noble forma de visibilizar al colectivo LGBTQ+. No se le puede caer a Iker por la respuesta de otro ex futbolista, Carnes Puyol, que escribió: “Es el momento de contar lo nuestro, Iker”. El tuit de uno y la respuesta del otro, insisto, podrían no ser noticia ni ser virales, si no existieran los tabúes que existen en el fútbol profesional sobre ser puto. Pero en este contexto hablan de lo poco que empatizan con sus compañeros que sí han hecho público su ser gay, poco saben entonces del proceso que han hecho los jugadores de fútbol profesionales que se enunciaron putos - los pocos, los casi nadie- mientras seguían en actividad.
Uno de ellos fue Josh Cavallo, mediocampista del Adelaide United de Australia, que hace casi un año, publicaba un video en que contaba que era gay y se convertía así en el primer futbolista activo en hacerlo en aquel país. "Casillas y Puyol, bromear y burlarse de salir del armario en el fútbol es decepcionante. Es un viaje difícil por el que cualquier persona LGBTQ+ tiene que pasar. Ver a mis modelos a seguir y leyendas del juego burlarse de salir del armario y de mi comunidad es más que una falta de respeto”, escribió el futbolista de 22 años.
Tanto Iker como Puyol pidieron disculpas. Uno dijo que lo hackearon, el otro que había sido una broma. La frivolización de la situación y los comentarios insultantes que generaron los tuits deja en claro la homofobia que sigue existiendo en el fútbol. Lo interesante más allá de esas pobres respuestas sería que ellos como referentes del fútbol internacional masculino problematizaran esta misma situación.