Ignacio Ambriz no estuvo a la altura de un club como el América

Ignacio Ambriz es un ejemplo notable de que el trabajo y la idea futbolística se desarrolla con el paso de los meses, pues en el banquillo del León ha alcanzado una madurez táctica que no había podido plasmar en sus anteriores equipos y que hoy le da los frutos suficientes para ser favorito en una final.

El extraordinario escenario de la Fiera y su fútbol contrasta con el incomprendido sistema estratégico de Miguel Herrera, que a pesar de dar frutos en los resultados, en sus segunda etapa con el América no termina por encontrar una esencia futbolística clara o características propias de un equipo que ya encamina su cuarto año con un mismo entrenador.

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¿El América se equivocó en dejar ir a uno de los mejores entrenadores mexicanos del momento? Esta pregunta resalta en cientos de aficionados azulcremas que ven cómo Ambriz ha confeccionado un plantel poderoso y con una idea de juego interiorizada; sin embargo, a aquellos que lamentan la partida de 'Nachito', deben de recordar que su salida se dio porque en Coapa no hizo ni la mitad de lo que está logrando con los esmeraldas.

Además de sufrir una humillación contra Pumas en su primera liguilla sobre el césped del Estadio Azteca, seis meses después dejó que el equipo recibiera cuatro goles contra Monterrey en semifinales para quedar fuera, además de que en el camino dejó otra derrota abultada contra Chivas, dos palizas recibidas contra Tigres y sobre todo un funcionamiento paupérrimo para un equipo con el América.

Tampoco se debe evitar decir que estuvo poco más de un año en el club, por lo que exigirle una idea de juego similar a la de León era insensato; sin embargo, su capacidad como estratega estaba siendo sobrepasada por un club con los reflectores como el América y con la necesidad de resultados inmediatos, algo que pocos entrenadores hacen como Miguel Herrera.

No se trata de poner a comparar a ambos estrategas, sino de dejar en claro que el Ambriz de León está a kilómetros del Ambriz que dirigió al América, aquel al que le quedó grande el saco americanista, pero que sin duda le sirvió para crecer profesionalmente y hoy tener los argumentos necesarios para regresar en algún futuro, aunque antes debe de llegar con un título en el bolsillo, algo que ya empieza a ser una exigencia para su currículum,

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