Hoy se cumplen 10 años del Uruguay-Ghana, el día que Luis Suárez 'jugó' de portero
Por Pablo Falcones

Hoy es 2 de julio de 2020. Hace exactamente 10 años, durante la disputa de los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010, se produjo uno de los actos más curiosos (y pícaros) del torneo. En el partido que enfrentaba a Uruguay y Ghana, un joven Luis Suárez de 23 años seguiría dando su nombre a conocer al mundo del fútbol, aunque no fue precisamente por sus goles.
Ghana se había adelantado en el minuto 45 gracias a un latigazo de Muntari, pero Uruguay contestó y en el 55 empató por mediación de la que en ese momento era su mayor estrella, Forlán (luego sería elegido mejor jugador del Mundial). Era el último minuto de la prórroga, y en una jugada embarullada en el área charrúa, Luis Suárez sacó de la línea un balón que se colaba...¡¡CON LAS MANOS!!
Un 'sacrificio' necesario pero inevitable, porque la pelota hubiera entrado. ROJA DIRECTA. El jugador del Ajax lloraba desconsolado mientras abandonaba el campo... pero su gesto cambió a euforia. Todo al ver que Gyan, una de las estrellas del conjunto africano, mandaba su lanzamiento al larguero y el partido se iba a la tanda de penaltis. El ahora futbolista del Barcelona había pasado en unos segundos de villano a héroe para su país... por obra y gracia del pobre Gyan.
10 years ago today, Luis Suarez’s blatant handball prevented Ghana from becoming the first Africa nation to reach a World Cup semifinal.
— ESPN FC (@ESPNFC) July 2, 2020
After the match, he said: “I made the best save of the tournament.”
(via @FIFAWorldCup)pic.twitter.com/fMJ5JGIFsy
En la muerte súbita, Muslera detuvo dos lanzamientos. Gyan, irónicamente, marcó el suyo, pero todo estaba en las botas del 'Loco' Abreu. Si el uruguayo anotaba, su selección volvería a las semifinales de un Mundial 60 años después del Maracanazo. Haciendo honor a su apodo, lo lanzó a lo Panenka. ¡Loco! Desató la alegría en todo el país y llevó a Uruguay a estar entre los 4 mejores del mundo. Todo gracias a que a Suárez se le había ocurrido 'jugar de portero'