Griezmann y la sonrisa de la 'Mona Lisa', una cuestión de posición
Por Adrían Marcos
La 'Mona Lisa' o 'La Gioconda' de Leonardo Da Vinci es probablemente uno de los cuadros más estudiados de toda la historia del arte y uno de los más visitados del planeta. Para explicar su sonrisa, un completo enigma, se han utilizado mil teorías, hasta se ha llegado a hablar del vuelo de las libélulas, pero siempre se ha llegado a la conclusión de que todo depende de cómo se mire, algo que ahora sucede con Antoine Griezmann.
Lo dijo Koeman antes de ponerse a las órdenes del FC Barcelona por primera vez: "Griezmann debe jugar en su posición. No es un extremo. No lo es. Tiene que jugar en su sitio" y aseguró que con él jugaría en "posiciones que le vengan mejor". Sin embargo, el técnico neerlandés parece haber olvidado sus palabras por completo en este inicio de curso, y ha tenido que llegar el parón internacional para recordárselas con el hecho más claro posible, el gol.
Antoine Griezmann acudió a la llamada de Didier Deschamps para concentrarse con Francia después de sus criticadas actuaciones con el conjunto azulgrana y se reivindicó de la mejor forma posible, sobre el terreno de juego. El galo fue suplente en la goleada a Ucrania y cerró el marcador con el séptimo tanto jugando 30 minutos, estuvo más discreto en ataque ante Portugal y abrió el marcador en la victoria ante Croacia tras solo ocho minutos de juego.
Y lo dijo Deschamps tras la victoria ante Croacia: "Griezmann jugó en su mejor posición". Y también lo dijo el propio futbolista: "El entrenador sabe donde ponerme". Y entre ambos dejaron claro que el rendimiento del delantero francés no depende tanto de sus compañeros, de sus minutos o de su rival, su brillo depende de la posición que ocupa sobre el terreno de juego.
Como bien decía Koeman antes de sentarse en el banquillo azulgrana: "Griezmann no es extremo", es normal que cuando juegue por la banda rinda peor que cuando lo hace por el centro, y eso tanto el técnico como el seleccionador lo saben, pero solo uno lo aplica. El galo en Barcelona aparece siempre caído a banda, perjudicado claramente por el gran inicio de curso de Coutinho y la presencia de Leo Messi como falso nueve, y así no funciona.
Si algo han tenido en común estos tres últimos partidos de Griezmann con Francia es que siempre ha jugado por dentro, como mediapunta, o mediocentro más adelantado a la hora de defender, inmediatamente por detrás de los delanteros, ya se llamasen Kylian, Anthony, Olivier o Wissam. Y es precisamente partiendo desde esa posición donde más ha aportado Antoine tanto en defensa, comprometido en la presión y el repliegue, como en ataque, liberado en la creación y la llegada.
Frente a Ucrania entró en el minuto 60 por Houssem Aouar, un jugador del centro del campo, y terminó culminando el encuentro con un gol tras un disparo desviado desde fuera del área. Contra Portugal, escudado por Kanté, Rabiot y Pogba, formó un rombo en el centro del campo que no se modificó en todo el partido. Y ante Croacia se repitió el esquema con N'Zonzi, Rabiot, Tolisso y Griezmann por detrás de Mbappé y Martial.
En todos ellos, además de la fortuna de cara a puerta porque en el primer tanto marcó de rebote y en el segundo recibió el balón tras un rechace, coincidió la zona de actuación del francés. Esa posición que tan importante para Griezmann, Deschamps, Koeman y los que visitan a la 'Mona Lisa'. Esa de la que todos han hablado una y otra vez. Esa que determina si Lisa y Antoine sonríen o no.