Gracias por estar, querido Karim
Por Joaquín Jary
Todos tuvimos un compañero de clase que nadie escuchaba -y tampoco se le conocía su voz- y a la hora del examen aprobaba, cerraba con un gran promedio y no lo veías en diciembre. Pero aún así, por su silencio, pocos se enteraban. Bueno, ese fue mucho tiempo Karim Benzema en el Real Madrid, que convivió a la sombra de grandes figuras, entre ellas Cristiano Ronaldo, a pesar de exhibir siempre un gran nivel.
Luego de llegar como figura del Olympique de Lyon debió tomar postura de observador, sin ningún inconveniente, con compañeros como Raúl González, Van Nisterlooy, a su lado, hasta el día de su debut: en 2009/10 por Copa del Rey ante el Alcorcón. Arrancó con el pie izquierdo perdiendo 4-0 aquel partido.
De aquel entonces a hoy, figura frente a Celta de Vigo por sus dos tantos, hay un nuevo Karim Benzema. Emancipado por el liderazgo y la necesidad de convertir o ser parte de un gol. Tal fue la adicción que lleva en 545 partidos jugados, 272 gritos sagrados y 141 asistencias. Sí, esos son sus números y recién ahora lo comenzamos a ver a sus 33 años.
Sus compañeros, el DT y la afición adora al Gato, que se pone al servicio sin hacer notar en ningún momento que es una estrella del fútbol mundial: presiona, corre, aparece de delantero centro o por fuera, juega dónde y cómo lo dispongan. El Merengue lo necesitaba hace rato: un hombre que rinda y brille sin gritar "acá estoy".
Cuando el aficionado no pegaba un ojo por la salida de CR7 al preguntarse quién lo iba a reemplazar, llegó el francés. Su rendimiento le permitió al madridismo apoyar la cabeza sobre la almohada y dormir tranquilo. El sueño esta feliz, solo dice: "Gracias por estar, querido Karim".