FIN DE CICLO | La reconstrucción del FC Barcelona comienza por el vestuario

La vergonzosa derrota del conjunto azulgrana frente al Bayern Múnich supone el final de un ciclo en el Camp Nou, el colapso de un proyecto y el adiós a una generación dorada que en los últimos cuatro años ha dejado muestras claras de agotamiento. Tanto Gerard Piqué, portavoz del vestuario tras la debacle, como el presidente, Josep María Bartomeu, admitieron que es necesaria una renovación completa en el club y, evidentemente, en la plantilla.

El FC Barcelona del 'tiki-taka', del 'Sextete' con Guardiola y el 'Triplete' de Luis Enrique está muy lejos y su fútbol parece haberse quedado obsoleto en las botas de unos futbolistas que ya notan la edad. El central catalán se ofrecía a ser el primero en salir si el equipo lo precisaba, sabedor de que es necesaria una limpieza importante en el vestuario y que él, por su nivel este curso, no está entre los señalados por la prensa, la afición y los socios.

Sin embargo, uno de sus compañeros en el eje de la zaga, Samuel Umititi, tiene todas las papeletas para abandonar el FC Barcelona en este lavado de cara que pretenden. El francés hace ya mucho que no es el central dominador que aterrizó en el Camp Nou en el verano de 2016. Han pasado solo cuatro años, pero parecen un mundo si se atiende al cambio de nivel propiciado por una serie de lesiones a la que ayer se sumó el coronavirus. Pese a sus 26 años, es uno de los más criticados y su marcha es más que probable.

En la defensa también aparece el nombre de Jordi Alba, una de las llamadas 'vacas sagradas' del vestuario que, pese a propiciar el primer tanto azulgrana en Lisboa, lleva un tiempo por debajo de su nivel. El lateral sigue siendo uno de los más rápidos del equipo, pero los 31 años ya pesan en sus piernas y es otro de esos a los que se le busca un sustituto. Su salida, teniendo en cuenta los problemas habituales del FC Barcelona con los laterales, es más compleja, pero podría producirse.

Por delante de la zaga el relevo generacional comienza a llegar con Frenkie de Jong y Riqui Puig tras la salida de Arthur. La marcha de Sergio Busquets, que sufre para aguantar el ritmo en los partidos más intensos, y de Ivan Rakitic, que no tiene prácticamente minutos, llegarán este verano o el siguiente. El de Sabadell es una de las figuras que quedan del equipo de Guardiola, pero son también 32 años y si el fútbol del equipo quiere renovarse el centrocampista será uno de los sacrificados. El croata, con un año de contrato, está en todas las quinielas para dejar el club este verano.

Arturo Vidal también es uno de los señalados y eso que aún tiene gasolina para bregar con equipos que se presentan superiores como el Bayern ayer. El problema que tiene el chileno va más allá de lo deportivo, su rendimiento es bueno y cumple cuando el equipo lo necesita, pero los problemas llegan fuera del terreno de juego con sus desplantes y conductas poco profesionales. Además, a sus 33 años, también comienza a agotarse su depósito.

Aunque para algunos azulgranas sea difícil ver cómo un futbolista que ha dado tanto deja el club, la salida de Luis Suárez es indiscutible. El uruguayo sigue marcando goles cuando encuentra un balón en el área, pero su físico le impide moverse por el campo como cuando llegó. En ataque no ofrece alternativas, tan solo es una isla en el área o sus inmediaciones, y en defensa no puede hacer el desgaste físico de una presión intensa y tampoco ayudar más atrás.

La marcha del charrúa, mientras Leo Messi siga siendo el líder del vestuario y, por consiguiente, del equipo, se antoja complicada. Tanto Suárez como Busquets o Jordi Alba son los mayores apoyos del argentino en la plantilla y conociendo su poder, la continuidad de estos futbolistas agotados impide la renovación, condenando al equipo a repetir año tras año la misma historia en Europa. Está claro que en un año como este dejar ir al rosarino es pegarse un tiro en el pie, pero debería ser momento de quitarle poder y conseguir esa limpieza tan necesaria en el vestuario.