Euroliga vs. Superliga: similitudes y diferencias en la creación de ambas competiciones

Angel Garrido junto a Florentino Pérez
Angel Garrido junto a Florentino Pérez / Samuel de Roman/Getty Images
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El anuncio del nacimiento de la nueva Superliga europea ha provocado un terremoto en el panorama futbolístico actual. Se trata del acontecimiento del siglo, 12 clubes desafiando a la UEFA de esta manera es algo que no habíamos visto, aunque si miramos hacia otros deportes esta rebeldía no es tan novedosa.

A los seguidores del baloncesto les sonará esta situación puesto que a finales de los años 90 se  plantó la semilla de la Euroliga, una competición que comenzó a jugarse en el año 2000 y que continúa a día de hoy. La Superliga tiene un buen espejo donde mirarse ya que los comienzos están siendo muy parecidos a los que tuvo la competición de baloncesto.

En ese momento los clubes de baloncesto deseaban jugar una competición que estuviese gestionada por los propios clubes y no por la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto). Los clubes de fútbol quieren eso mismo con la Superliga, disputar una competición gestionada por ellos mismos y no por la UEFA.

Los clubes de fútbol no han encontrado apoyos entre los organismos de este deporte. La UEFA se opuso desde un primer momento al nacimiento de esta competición y lejos de cambiar de opinión ya ha lanzado amenazas a los clubes rebeldes. Las ligas nacionales, las Federaciones, la ECA (Asociación de clubes europeos) y la FIFA también están en contra de este proyecto e incluso los gobiernos de Francia, Inglaterra y España han mostrado su desaprobación.

Por el contrario, los clubes de baloncesto sí que tuvieron el apoyo de la ULEB (Unión de Ligas Europeas) en su aventura de crear la Euroliga aunque también recibieron críticas al respecto. Unos clubes optaron por ponerse de parte de la creación de la nueva competición mientras que otros mantuvieron su apoyo a la FIBA.

El apoyo de la ULEB no impidió las amenazas de la FIBA que expulsó a los clubes rebeldes y quiso impedir que los jugadores de dichos clubes jugasen las competiciones internacionales como Mundiales y Juegos Olímpicos. Unas amenazas idénticas a las que acaba de lanzar la UEFA pero que en el caso de la Federación de Baloncesto no se llegaron a cumplir.

La Euroliga siguió adelante con 24 clubes participantes y en octubre de 2000 se jugó el primer partido. La FIBA mantuvo su competición, aunque tuvo que cambiarla de nombre, y así en el año 2000 nació también la Suproliga.

Ambas competiciones convivieron sólo durante un curso, ya que FIBA y ULEB se sentaron a negociar y acabaron llegando a un acuerdo: la FIBA se quedaba con las competiciones de selecciones y la ULEB con los torneos de clubes. A la temporada siguiente, la Euroliga ya contó con todos los grandes clubes de Europa y en el año 2004 la FIBA reconoció la competición.

En 2015 la FIBA perturbó la paz que habían mantenido durante más de una década al crear la Champions League y así recuperar el control de los clubes, pero la propuesta fue rechazada. Nuevamente hubo amenazas por parte de este organismo que no se llegaron a cumplir. Eso sí, la tensión y los conflictos en las partes todavía son evidentes.

A lo largo de estos años el formato de la Euroliga ha ido variando y de forma progresiva se ha ido cerrando el acceso s este torneo con determinados clubes que tienen su plaza fija de una temporada para otra, y otros que acceden por invitación. Es decir, la Euroliga se ha convertido en una liga semicerrada donde los clubes fundadores deciden quien juega y quien no, igual que lo que se pretende hacer con la Superliga europea.

Los clubes de baloncesto han logrado en dos ocasiones ganarle el pulso a la FIBA, ¿lo conseguirán también los 12 rebeldes del fútbol con la UEFA?


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