EQUIPOS OLVIDADOS: El Hamburgo, de reinar en Europa con el gran Ernst Happel al cataclismo de los 'dinosaurios'

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Si nos fijamos hoy en día en la Bundesliga, además por supuesto del Bayern Múnich, podemos pensar que los demás equipos históricamente grandes del país son el Borussia Dortmund, el Bayer Leverkusen o el Werder Bremen. Sin embargo, hay un club legendario en Alemania que ahora mismo atraviesa por uno de los momentos más difíciles de su historia, como desgranaremos al final: el Hamburgo. De momento, vamos a repasar un poco los días más gloriosos de este club.

LA PRIMERA EDICIÓN DE LA BUNDESLIGA Y LOS PRIMEROS TÍTULOS

Vamos a situarnos en el año 1963. Alemania no hace mucho había 'perdido' la Segunda Guerra Mundial y el país estaba dividido en dos por un muro. A pesar de que el Hamburgo fue fundado en 1919, no sería hasta ese 1963 cuando se creó la primera Bundesliga de la historia. Ese es nuestro punto de partida, y el 'Dinosaurio' (apodo del club por ser uno de los más longevos del país) fue uno de los 16 fundadores.

Entre ellos estaban también el Borussia Dortmund, el Eintracht Frankfurt, el Werder Bremen, el Schalke, el Stuttgart o el Hertha Berlín, pero no el Bayern. En el mismo 1963 llegaría el primer título de la nueva era para el Hamburgo. Lograron la DFB-Pokal (copa alemana) tras derrotar al Borussia Dortmund en la final (3-0). Los 60 serían una época de asentamiento del club en la élite de su país, pero sin títulos. Rozaron una nueva Copa en 1967, donde perdieron la final contra el Bayern (4-0).

Al año siguiente disputaron la Recopa de Europa y también se quedaron a las puertas de la gloria. Volvieron a caer en el partido por el título, esta vez contra el Milan (2-0). Tendrían que esperar a la década de los 70 para vivir, sin que lo supieran todavía, la que ha sido sin duda la época más dorada de la historia del club. En 1973 se alzaron con la DFB-Ligapokal (Copa de la liga) al ganar al Gladbach por 4-0 en la final. En 1975 acababan cuartos la Bundesliga, su mejor posición hasta el momento.

El crecimiento del Dinosaurio era más que evidente. En 1976 acabaron subcampeones de liga y se alzaron con su segunda DFB-Pokal, tras derrotar en la final al Kaiserlautern (2-0). El Hamburgo era uno de los clubes más poderosos de Europa y eso quedó patente la temporada siguiente. Los alemanes lograron su primer título a nivel internacional y prolongaban sus éxitos. Se impusieron en la final de la Recopa de Europa al Anderlecht belga (2-0), con goles de Volkert y Magath.

EL FICHAJE DE KEAGAN, LA LIGA DE ZEBEC Y EL VARAPALO DEL NOTTHINGHAM FOREST

En la década de los 60 y al comienzo de los 70 la estrella del club había sido Uwe Seeler, primer máximo anotador de la Bundesliga con 30 goles y que marcó 137 en 239 partidos, el relevo lo cogería el Kevin Keagan. El inglés fichó por el Hamburgo tras la conquista de la Recopa, procedente de un Liverpool que acababa de ganar la Copa de Europa. Su rendimiento fue inmediato, ya que en la primera temporada en Alemania conseguiría el Balón de Oro.

Spaß muss sein
Spaß muss sein / United Archives/Getty Images

Año tras año prácticamente, un hecho histórico acontecía en el club, que literalmente se cubrió de oro en esta década. Pero sin duda alguno, el que tendría lugar en la temporada 1978-79 debió de ser de los más especiales. El Hamburgo fichaba a Zebec como entrenador, y el serbio llevaría al equipo a la conquista de la primera Bundesliga de su historia. Ganaron por apenas 1 punto al Stutgart (49 a 48) y Keegan fue el máximo anotador del equipo (17 goles) y galardonado con otro Balón de Oro.

Se terminaba la gloriosa década de los 70, pero no los años dorados del Hamburgo. En la temporada 1979-80, regresaban a la Copa de Europa 19 años después de su anterior participación. El concurso de los alemanes fue casi impecable, y dejaron en la cuneta al Valur islandés, al Dinamo de Tbilisi soviético (Georgia) y al Hajduk Split yugoslavo (Croacia). En semifinales, remontaron con una autoridad rotunda ante el rey de la competición, el Real Madrid (2-0 y 5-1).

En la final, los de Zebec se enfrentarían al Nottingham Forest, vigente campeón de la competición y subcampeón inglés. El gol del escocés Robertson al comienzo del duelo fue suficiente (1-0)y el Hamburgo se quedaba a las puertas de la gloria. Le pasaría lo mismo en la Bundesliga, donde acabaron a dos puntos del Bayern. Zebec fue despedido al año siguiente, aunque el equipo repetiría puesto en liga de la mano del interino Ristic.

ERNST HAPPEL Y LA COPA DE EUROPA, MÁXIMO APOGEO DEL CLUB

El Hamburgo ya estaba allí, y sólo quedaba rematarlo con la Copa de Europa. Tras acabar la temporada con Ristic, el elegido para comenzar en el banquillo en la 1981-82 fue Ernst Happel. El austríaco haría historia con el equipo y a la postre sería considerado como uno de los mejores técnicos de siempre. Ya de primeras, hizo campeón de la Bundesliga al dinosaurio. Era el segundo en la historia tras el logrado por Zebec. El doblete se escapó en última instancia, pues el Goteborg lo derrotó en la final de la Copa de la UEFA (1-0 y 0-3).

Sería en la temporada 1982/83 cuando el equipo hizo la mejor de su historia. Por supuesto con Happel en el banquillo, ganaron de nuevo la liga. Una liga de infarto en la que acabaron empatados a a 46 puntos con su eterno rival, el Werder Bremen, gracias a una victoria en la última jornada ante el Schalke (1-2). Además, lograron un récord de 36 partidos sin perder que se mantuvo hasta 2013 en la Bundesliga. Y esta vez sí, nadie pudo con ellos en la máxima competición continental.

El camino que siguieron los alemanes los llevó a eliminar al Dinamo Berlín, el Olympiakos, el Dinamo de Kiev y la Real Sociedad, vigente campeón de la liga española, en semifinales. En la final esperaba la todopoderosa Juventus de Platini, pero Happel y los suyos no estaban dispuestos a llevarse un tercer chasco en Europa. Un gol de Felix Magath, jugador legendario por su trayectoria en el club, fue suficiente (1-0). Ya era un hecho. El Hamburgo era nuevo campeón de Europa.

DEL CIELO AL INFIERNO EN 25 AÑOS

Ese mismo año, la FIFA nombró al 'dinosaurio' como mejor equipo del mundo. A partir de ahí ya nada volvió a ser igual. Ganaron la Copa de Alemania en 1987 y la Copa de la liga en 2003, pero poco a poco el club fue perdiendo su estatus de grande. En los años 90 empezó a tener problemas financieros y era difícil verlo clasificarse para la Copa de Europa. La primera edición de la Champions que jugaron sería la 2000-01.

FBL-GER-BUNDESLIGA-KARLSRUHE-HAMBURG
FBL-GER-BUNDESLIGA-KARLSRUHE-HAMBURG / THOMAS KIENZLE/Getty Images

También disputaron alguna Copa de la UEFA, pero en ningún caso volverían a reinar en el continente. En el año 2014-15, concluyeron 16º en liga y tuvieron que jugar la promoción de permanencia contra el Kalsruhe. Tras el 1-1 de la ida, sólo un gol 'in extremis' del chileno Marcelo Díaz forzaba la prórroga y evitaba un desastroso descenso. En el tiempo extra, Nicolas Muller marcaba el 1-2 y certificaba una permanencia agónica

Fue el 12 de mayo de 2018 cuando se confirmó lo peor. Los dinosaurios eran penúltimos y dependían de que no ganara el Wolfsburgo para tener opciones de salvación. Los lobos barrieron 4-1 al Colonia y el Hamburgo descendió. El reloj mítico de su estadio, que marcaba los 54 años y 261 días del equipo en la Bundesliga (es decir, desde que se creó) se ponía a cero. Era el cataclismo de los dinosaurios.

Parecía que el equipo se reconstruiría en la 2.Bundesliga y ascendería rápido, pero todavía no lo ha conseguido. Este año juega su tercera temporada en esa categoría y ni siquiera ha sido capaz de jugar aún el playoff del ascenso. Ahora mismo está en puestos de volver directamente al lugar que nunca debió de abandonar, pero quedan 9 jornadas y todavía tendrá que pelear muy duro por ello.

En definitiva, un equipo histórico de Alemania que atraviesa por los años más duros de su historia. Para acabar, no podemos dejarnos la lista de grandes jugadores que han integrado el club alguna vez. Desde Seeler, Von Kessen, Kalz o Magath a otros más modernos como Barbarez, Van der Vaart, Son o Halilovic. Ahora les toca aguantar el chaparrón antes de volver a ver brillar el sol.