El reclamo de Setién es justo y el Barcelona debe hacerse cargo de lo pactado
Por Manuel Navas
A estas alturas de verano, la sorpresa estará en saber que en el Barcelona se puede vivir unos días tranquilos, ajenos a toda polémica y noticia fuera a lo meramente deportivo. Por si no hubiera poco revuelo ya, esta semana toca la moción de censura que finalmente se llevará a cabo contra el presidente Bartomeu y la demanda de Quique Setién por su finiquito, pese a que debería haberse desvinculado del club azulgrana hace ya casi un mes.
De forma lógica, el entrenador cántabro quiere cobrar íntegramente la totalidad del año que le restaba a su contrato. Sin embargo, el club, con nuevo entrenador anunciado y dirigiendo a la plantilla, se niega y argumenta que Setién no cumplió con las expectativas y que no desarrolló el trabajo previsto debido a la pandemia.
Más allá de la cuestión económica, lo increíble son las formas con la que actúa la directiva. Un mes ha estado callado Setién aproximadamente, el mismo tiempo que según el entrenador ha estado la directiva sin comunicarle de forma oficial su despido. Para colmo, parece que solo lo despiden a él y que reubicarán al resto de su cuerpo técnico. ¿El motivo? Si no le despiden, Ronald Koeman no puede ser inscrito como nuevo técnico y consecuentemente no se podrá sentar en el banquillo; además de ahorrarse la rescisión de los contratos del resto de su cuerpo técnico.
Independientemente de que Setién lo hiciera bien o mal en el Barça - valoración parece que unánime entre el aficionado azulgrana -, el club pactó unas condiciones en enero y la directiva, ante la falta de dinero, está intentando saltárselas. Lo peor de todo es que desde fuera se ve que esto ya no es la novedad, es la costumbre de lo que sucede en el club día a día. Solo falta saber cual será la próxima.
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