El Real Madrid: con bajas y a lo loco
Por Adrían Marcos
¿Dice adiós a LaLiga el Real Madrid con la derrota de hoy? Quizá aún sea pronto para responder con certeza a esa pregunta, pero está claro que con partidos como el de hoy la remontada es prácticamente imposible. El conjunto blanco, con una gran nómina de ausencias sobre todo en defensa, se puso el partido cuesta arriba desde el minuto ocho con la expulsión de Éder Militão, pero pudo ocurrir incluso antes.
El Levante dispuso de dos jugadas muy similares en las que los delanteros ganaron la espalda y el espacio a la defensa merengue, pero por suerte para ellos consiguieron salvar las dos acciones, con Courtois como protagonista. A la tercera fue la vencida y los 'granotas' sacaron oro de un buen desmarque de Sergio León, a quien el central brasileño derribó con un ligero toque provocando así, tras la revisión del VAR, la tarjeta roja directa.
Desde ese momento el Real Madrid comenzó a remar contracorriente y no le salió del todo mal a Zidane su llamada a Bettoni para frenar la entrada de Víctor Chust y recomponer el equipo. Marco Asensio, que probablemente habría sido el sustituido, aprovechó un pase en profundidad brillante de Toni Kroos para abrir el marcador y dar lugar a la esperanza. Sin embargo, todo se empezó a torcer con una defensa que hizo aguas.
Mendy, que con un posible penalti por un codazo a Melero en el inicio de la jugada pudo haber evitado el gol, cometió un fallo en salida de balón y tuvo que aparecer de nuevo Courtois en dos ocasiones para salvar el empate. Y después llegó la acción del tanto de Morales, en la que la defensa estaba descolocada, Odriozola fue a la ayuda y Asensio no corrigió para cubrir al 'Comandante', que remató solo para hacer un golazo imparable.
La segunda mitad no fue mejor. Vinicius entró y en la primera acción defensiva provocó un penalti, discutido y concedido por el VAR, que detuvo Courtois, quien si no. El Real Madrid no encontró reacción ni en los titulares ni en los suplentes de un banquillo con pocas alternativas en el que ni Zidane estaba, y en otra jugada de desconcierto, muy bien ejecutada por el Levante, llegó el segundo, el de la derrota pues entonces tampoco hubo respuesta.
Hoy se podrá hablar de los árbitros y del VAR más o menos, de su buen o mal trabajo, pero también de un Real Madrid falto de calidad, y de ideas por consiguiente, que terminó bajando los brazos antes de tiempo para ver como la cabeza de LaLiga se aleja. Un equipo que se desbocó como una manada de caballos salvajes y que en ataque pudo crear peligro a la contra, pero murió en las transiciones defensivas con un hombre menos. Hoy, que no era el día más indicado para arriesgar, todo se torció muy pronto y no hubo solución en una quema con pocos supervivientes.