El factor psicológico afecta al juego de Leo Messi

Messi no consigue alcanzar su nivel esta temporada con el Barcelona
Messi no consigue alcanzar su nivel esta temporada con el Barcelona / Soccrates Images/Getty Images
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“Estoy cansado de ser el problema de todo en el club”. Esta declaración de Lionel Messi dio comienzo a la semana. Otra jornada más convulsa en el Camp Nou, en el que unos y otros ni se entienden ni parece que quieran hacerlo. Renovaciones fallidas, recortes salariales, vacío en la dirección, desplantes, discusiones, interferencias externas, lesiones, falta de alternativas y undécimos a, como mínimo, nueve puntos del líder. Todavía tiene que jugar la Real Sociedad. Nada sigue su curso esta temporada en el Camp Nou, tampoco en la cabeza de Leo.

El factor psicológico afecta en el terreno de juego. Un futbolista puede estar completamente comprometido con el club, intentar darlo todo, pero no conseguir centrar su cabeza en el césped y, por tanto, no ofrecer regularidad ni el nivel al que uno acostumbra a los suyos. El Barcelona ya lo vivió hace diez años. Andrés Iniesta tuvo problemas psicológicos, entre otras cosas por el fallecimiento de su amigo Dani Jarque, y no pudo rendir al máximo nivel. Apareció en momentos estelares, pero hasta entró de forma activa en el cuerpo de rotación de Pep Guardiola. No podía centrarse en el fútbol. Nadie duda de que el mago de Fuentealbilla haya pecado de falta de compromiso alguna vez.

Todo empezó con la goleada del Bayern
Todo empezó con la goleada del Bayern / Pool/Getty Images

El camino que trata de andar Messi esta temporada es similar. El argentino no está cómodo en el Barcelona. Intentó irse el pasado verano, pero Bartomeu le advirtió que su cláusula era de 700 millones de euros y que no podía salir sin ejecutar ese pago. Se sintió engañado. El argentino cree que tenía una opción para salir gratis tras finalizar la temporada, pero el texto no contemplaba un final post-coronavirus, sino el 30 de junio. El diez, previo burofax y negociación, decidió continuar un año más.

Desde entonces, nada ha ido bien. El Barcelona se ha precipitado por un barranco y no consigue ser un club regular ni dominador en los partidos. Jugadores importantes se han marchado y no han llegado recambios. Las críticas señalan a todos, incluido a él, que siempre estuvo allí para desatascar a los suyos. Messi intenta ofrecer todo su fútbol, pero su cabeza no se lo permite. Necesita estabilidad para volver a brillar.