El Cruz Azul sin 'Cabecita' Rodríguez todavía seguiría siendo aspirante al título
Por Carlos Alberto Pérez García
El presente que vive el Cruz Azul es envidiable y poderoso. En esta pretemporada han mantenido el ritmo alto que mostraron en el Clausura 2020 y que, de no haber sido por el coronavirus, podría haber ilusionado a toda la afición con el campeonato, en especial por el nivel que estaba mostrando un hombre: Jonathan Rodríguez.
El uruguayo fue la cara del ataque celeste el pasado torneo gracias a sus nueve goles en los últimos nueve partidos y todo pinta a que se mantendrá como el referente en el Guardianes 2020; sin embargo, el rumor de una salida al fútbol europeo se hace más grande y un sector de aficionado ve cómo sin su estrella charrúa se irían las esperanzas de romper la sequía de 22 años.
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Aunque la baja sería sumamente sensible, hoy más que nunca la hinchada cementera debe recordar una cosa: El Cruz Azul no es un sólo jugador y absolutamente nadie depende exclusivamente de una sola persona. Hoy la Máquina luce poderosa no por el 'Cabecita' Rodríguez, sino por el extraordinario trabajo táctico que ha tenido Robert Dante Siboldi desde que asumió el timón cementero y que acompañó de una buena base de jugadores.
Con el justo mérito que merece Ricardo Peláez en la confección de la plantilla, la forma en que Siboldi ha diversificado y elevado el nivel en conjunto es de destacar y por eso mismo hoy el Cruz Azul tiene en Elias Hernández, Roberto Alvarado, Santiago Giménez y Orbelín Pineda un auténtico trabuco, pero sin la necesidad de las luces y cámaras que ha adquirido Jonathan Rodríguez.
La afición cementera puede estar tranquila, porque aunque el 'Cabecita' es el hombre gol de la Máquina, solamente dio una asistencia en el pasado torneo y depende en gran parte del fútbol que pueda generar su equipo. Este es un deporte de 11 jugadores y no es momento de llorar por un elemento. Si se queda perfecto, se mantiene el mismo nivel de favoritismo; pero si se va, Siboldi sabe que puede confiar en esta plantilla.
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