El Cruz Azul necesitaba esta noticia para afrontar una fuerte limpia en la cúpula directiva

La situación de Guillermo Álvarez y la Cooperativa Cruz Azul se encuentra en el ojo del huracán luego de que la Unidad de Inteligencia Financiera del SAT congelara las cuentas de 'Billy' Álvarez, su hermano José Alfredo Álvarez y Víctor Manuel Garcés, principales directivos de la constructora y del club de fútbol por presunto lavado de dinero y delincuencia organizada.

Este es el golpe más duro hacia la cementera en toda su historia y representará un parteaguas en la dirigencia de ahora en adelante, sea cual sea la resolución, algo que incluso podría beneficiar al Club Deportivo Cruz Azul en la gestión del equipo, pues con este problema y en caso de librar la cárcel, los tres protagonistas de la cooperativa deberán dar un paso al costado de los reflectores que representa el equipo de fútbol.

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El Cruz Azul nunca tuvo problemas financieros y en las últimas dos décadas ha sido uno de los clubes con mayor inyección económica en su plantilla; sin embargo, en el modelo de gestión sí que han atravesado una severa crisis que ha impedido el verdadero éxito deportivo.

La injerencia de los ejecutivos antes mencionados en la elección de director deportivo, entrenador y jugadores ha sido el principal problema de este equipo, pues nunca han sabido diferenciar la parte administrativa de la deportiva, esa que se encarga de establecer proyectos sólidos dentro de la cancha y que a la larga significa éxito.

El último gran ejemplo de cómo el caos que viven Billy, Memo y Víctor daña el área deportiva se vivió hace menos de un año y fue todo un escándalo nacional, cuando Víctor Garcés dio un auténtico golpe de estado a la institución, impuso un entrenador al gusto y forzó la salida de uno de los directivos mexicanos más exitosos en los últimos años: Ricardo Peláez.

La forma en que interrumpió un proceso que tenía tintes sobresalientes fue la seña más evidente de que la putrefacción en la cúpula afectaba de forma directa al equipo. Lamentablemente para toda la afición celeste, esta injerencia de los hombres trajeados ha tenido algunos aciertos, pero estos más que ayudar, confunde a los mismos dirigentes y se creen con la capacidad de tomar decisiones que en realidad no les competen.

La división de labores es crucial al momento de crear una organización exitosa, pero cuando no existe una verdadera libertad de decisiones y siempre te encuentras bajo la lupa de un directivo, trabajar es simplemente imposible y acabas estando sujeto a las ordenes que dictamine la gente de arriba. El mismo Garcés lo mencionó en Septiembre del 2019, cuando abiertamente declaró que seleccionarían a un presidente deportivo que sí aceptara sus decisiones, refiriéndose al adiós de Ricardo Peláez.

Esta bomba que estalló la UIF y que podría dejar a más de uno en la cárcel podría ser la mejor noticia para el Club Deportivo Cruz Azul, pues finalmente se haría a un costado uno de los cánceres silenciosos que habitaban en su interior y así dar paso a una verdadera organización deportiva.

Tristemente para los seguidores de la máquina, primero tendrán que asegurar su permanencia en la liga y después pensar en el futuro, porque aunque luce imposible por los manejos del fútbol mexicano, la desafilicación de la Liga MX por problemas legales sigue siendo una posibilidad, el último gran lío que dejó esta directiva.

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