El barcelonismo tiene que pasar página y olvidarse del caso Messi
Por Estefanía Ramos
La tranquilidad ha vuelto a instalarse en el FC Barcelona después de huracán Messi y su amenaza de dejar el club. El argentino ha regresado a los entrenamientos en medio de enorme expectación y parece que no haya pasado nada. Pero durante casi dos semanas el barcelonismo estuvo en jaque, el jugador y el club estaban metidos en una guerra, y algún que otro aficionado le pidió a Messi que se marchase. Ahora toca la parte más difícil, hacer como si nada de esto hubiese sucedido.
El argentino ya ha dado el primer paso presentándose a los entrenamientos, y por la estabilidad de club y el bien de la afición tiene que transmitir una imagen de normalidad para que las cosas vuelvan poco a poco a su cauce. Messi no su puede permitir ningún desliz más y no reabrir este episodio. Él ha decidido quedarse y tiene que estar a muerte con el Barcelona, como siempre ha hecho. En cuanto el balón vuelva a rodar será más fácil olvidarse de todo y centrarse en lo puramente deportivo. Mientras tanto Messi no tiene que dar pie a ningún rumor y continuar su vida. Borrón y cuenta nueva para él y para el club.
Todos los jugadores tienen derecho a dudar y a replantearse su futuro, y él se ha ganado durante años ese derecho como el que más llevando al Barcelona a los altares más altos del fútbol mundial. Un momento de duda no puede poner en entredicho toda una carrera ni su compromiso y menos cuando se presenta una temporada complicada donde el argentino volverá a ser el líder del equipo y el jugador que marcará las diferencias.
La situación en el Barça ya es incierta con la revolución Koeman de por medio y no conviene abrir ninguna polémica más. Directiva, plantilla y afición deben remar todos en la misma dirección por un objetivo común: resucitar este Barça. Y que nadie ponga en duda que Messi se dejará a piel en el campo por el equipo de su vida, como ha hecho siempre y como seguirá haciendo como si estos últimos días hubiesen sido una pesadilla que nunca ocurrió. El barcelonismo debe olvidar este desagradable episodio y cuanto antes lo haga antes volverá la normalidad a Can Barça.
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