El Barça empata, pero sigue dependiendo de sí mismo para estar en los octavos de final

Ronald Araujo
Ronald Araujo / Quality Sport Images/GettyImages
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El Barcelona llegó a este partido con un único objetivo: ganar al Benfica y clasificarse así de forma matemática para los octavos de final de la Champions. Noventa minutos más tarde el equipo puede decir muchas cosas; que se ha mejorado mucho el nivel de juego, que la actitud ha sido sobresaliente, que los jóvenes han dado la cara, que se han generado ocasiones… se puede decir de todo menos que se han cosechado tres puntos.

El objetivo era claro y los jugadores han tenido en sus botas en múltiples ocasiones la forma de adelantar a su equipo, pero la evidente falta de puntería que viene acarreando el Barcelona desde hace ya varios años ha encontrado hoy su máximo esplendor.

Alejandro Grimaldo García, Ronald Araujo
Ronald Araujo / Quality Sport Images/GettyImages

El partido comenzó con un dominio absoluto del equipo culé que desde bien temprano tomó la iniciativa con el balón en los pies. Las veloces circulaciones de los centrocampistas más hábiles (Busquets, Nico o Gavi) permitieron a los catalanes gozar de muchas jugadas de peligro a lo largo de la primera mitad, de las cuales ninguna fue suficiente para que su equipo se marchase por delante al descanso.

El inicio de la segunda parte fue difícil, pues el Benfica consiguió gracias a ciertos retoques tácticos apoderarse incluso de la pelota y dejar al Barça fuera de juego. Fue el cambio de Ousmane Dembélé el que reactivó el partido para los culés, pero Jorge Jesus no tardó en duplicar la marca al habilidoso francés, que aún así fue un incordio para los lisboetas.

El partido finalizó con el empate a cero inicial y en Barcelona ven muy complicado meterse en los octavos de final, pero ya le gustaría a muchos equipos de esta Champions poder decir lo siguiente: el Barça depende de sí mismo para estar en el bombo de octavos.