El Balón de Oro, la única coherencia del fútbol en pandemia
Nadie olvidará nunca el año 2020. Decir que ha sido atípico se queda corto en comparación con todo lo que nos ha tocado vivir. La pandemia, las mascarillas y el confinamiento han golpeado al fútbol. Sin embargo, el deporte rey, como si no sintiera el dolor, ha elegido no abandonar la competición, pero ha sacrificado a su gente. Las ligas se han reanudado y pronto lo hará la Champions League. Los ganadores tendrán las alegrías más tristes de la historia, las celebraciones más solitarias del lugar. Sin afición, el fútbol deja de ser un deporte de masas y se convierte en simple espectáculo televisivo. Algunos no diferencian la matriz y solo ven verde en el césped y en sus bolsillos. No lo ha hecho así France Football.
Francia tiene un color especial. Los de la liberté, égalité y fraternité pararon la Ligue 1 para no reanudarla. La única de las cinco grandes ligas que no ha vuelto a la competición. Ahora, su revista insignia, France Football, retira el trofeo individual más importante del balompié, el Balón de Oro. Los galos consideran que, debido a la situación, esta no ha sido una temporada en condiciones para poder valorar de forma justa quién ha sido el mejor futbolista a nivel individual. Realmente, nunca se puede valorar de forma justa a un individuo en un deporte de equipo, pero pocos están preparados para afrontar ese debate.
El fútbol ha sido adulterado y la competición no puede valorarse como una más. Sería injusto pensar en la igualdad de un futbolista que ha completado una buena temporada este año con el de las pasadas. Un año que algunos no han terminado, que muchos han parado y perdido. La diferencia de resultados pre y postpandemia ha sido evidente en todas las competiciones. Para colmo, no escapa nadie que la Champions League es un baremo de medir para el Balón de Oro. Algunos equipos jugarán el torneo continental tras muchos meses sin competir, otros como el Bayern llevarán casi un mes, otros como Juventus o Nápoles, no pararán… Es imposible ser justo en un trofeo injusto, más en una temporada injusta. Por fin algún elemento ha sido coherente en el planeta esférico.