El año de transición del Barcelona: que los aficionados no se generen grandes expectativas con este equipo
Por Estefanía Ramos
El barcelonismo esperaba con ansia el debut en la Champions League y medir sus fuerzas con un grande de Europa, pero entre los tres goles del conjunto bávaro y la actitud derrotista de los jugadores del Barça, todo el optimismo y las esperanzas de poder pelear de tú a tú en Europa se esfumaron como la espuma. Y lo peor es que, por las sensaciones que trasmite el equipo, esa va a ser la tónica general de toda la temporada.
Con lo que tiene y lo que da de sí, el Barcelona puede estar metido en los cuatro primeros puestos LaLiga, al fin y al cabo es un campeonato largo donde tienes tiempo de enmendar los errores, pero para ir por Europa no le da, y mucho menos para levantar un título. La afición del Barcelona debe mentalizarse que este es un año de transición. Cada vez que acaba un ciclo hay que dar un tiempo hasta que el siguiente comienza a funcionar. Se sabía o se intuía que el primer año sin Messi iba a ser duro porque no hay nadie que le pueda reemplazar y eso es lo que le ha pasado al Barcelona, se le han ido Messi y Griezmann y sobreponerse a la pérdida de casi 60 goles no es fácil. Y por lo que se vio anoche ante el Bayern, no hay nadie en la plantilla que coja los galones y tire del equipo. A eso hay que sumarle la actitud de los jugadores, la falta de estrellas, la pérdida de calidad de la plantilla año tras año, la ausencia de un proyecto deportivo y la crisis económica.
La afición del Barça no debe crearse grandes expectativas para esta temporada, pero no pasa nada por estar en un año de transición. Simeone ya lo dijo abiertamente y el Atlético de Madrid se repuso de sus bajas y es el vigente campeón de Liga con la mejor plantilla del campeonato y una de las mejores de su historia. En el Real Madrid también se acabó la era de Cristiano Ronaldo y perdieron sus goles, pero un año después eran campeones de Liga. Y hasta Koeman avisó la temporada pasada que todavía quedaban unos años para ver a los Pedri, Ansu Fati y compañía rendir a su máximo nivel.
El Barcelona está en un pozo del que puede salir a base de trabajo, diseñado un proyecto deportivo y no desperdiciando el dinero que no tienen en el crack del momento. Al final el Barça acabará saliendo a flote antes o después, todo depende de las ganas que le pongan desde la directiva encabezada por Joan Laporta pasando por el entrenador o por los jugadores. Pero a corto plazo, cuantas menos ilusiones se generen en torno a este equipo mejor, pues menos dura será la desilusión. A final de temporada será el tiempo para hacer balance, pero a día de hoy si este Barcelona gris y apático consigue levantar un título, será una gran sorpresa.
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