El América se va con la cara en alto y el americanismo con ilusión

Fracaso monumental. Esa es la primera frase que debe salir en el análisis al interior y exterior del plantel, porque este equipo, con todo y sus carencias, era capaz de llegar a semifinales sin demasiadas dificultades, pero como es común en las liguillas, las sorpresas son el pan de cada día y esta vez le tocó al América.

A pesar del pésimo resultado, las sensaciones del americanismo se demostraron al final del encuentro, pues el plantel se fue aplaudido y Santiago Solari con el apoyo y la confianza de una afición que valoró su extraordinario trabajo durante el semestre.

El América perdió la eliminatoria en la ida, pero la garra, el estilo y la confianza que demostraron en la vuelta son el cúmulo de razones que conforman la mística de este equipo y eso es algo que siempre se va a reconocer, pero sin olvidar la palabra fracaso en el enunciado.

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El América se va con la cara en alto, pero no sólo por intentarlo hasta el último minuto o por arañar el gol de la clasificación en más de una ocasión, sino porque la sensación es que el título en este equipo es cuestión de tiempo.

Ese es el sentir de la afición, de los jugadores y de la directiva tras realizar el balance de la temporada, porque el trabajo de Santiago Solari en cinco meses se notó a kilómetros y todas las señales indican que el camino es el correcto.

Por eso la afición le aplaudió al 'Indiecito' de camino al vestidor, porque le regresó el estilo al equipo, le dio variantes tácticas, gusto de jugar fútbol y sensación de superioridad, todo sin una pretemporada ni confección de plantilla.

El futuro es alentador, pero el presente también lo es y en manos de este cuerpo técnico se puede confiar en remontadas. El periodo de aprendizaje era necesario y aunque se pudo llegar más lejos, este equipo sabe que su actuación fue más que digna, que eventualmente será campeón y que la ruta trazada es la indicada.

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