Desmanejos, polémicas arbitrales y mala fortuna: por qué Argentina lleva 35 años sin levantar la Copa del Mundo
Hoy es un día de fiesta en Argentina, ya que se cumplen exactamente 35 años de aquel 29 de junio de 1986, cuando el combinado dirigido por Carlos Salvador Bilardo se coronó campeón del Mundial de México con un Diego Armando Maradona superlativo, gracias al 3-2 conseguido ante Alemania.
Sin embargo, al mismo tiempo este aniversario nos lleva a otro pensamiento, mucho más profundo: ¿Por qué son ya 35 años de no poder levantar un título Mundial? ¿Qué pasó en cada una de las ocho Copas del Mundo posteriores que impidieron al seleccionado nacional volver a coronarse? Repasemos.
Las finales de 1990 y 2014, también frente a los alemanes, tuvieron condimentos similares: en ambos quedó la sensación de que se podría haber ganado tranquilamente el campeonato, pero que las decisiones de los jueces de turno cambiaron el trámite.
El certamen posterior a la coronación en México quedó marcado por un error del árbitro Edgardo Codesal Méndez, quien cobró un penal inexistente de Roberto Sensini por una supuesta falta sobre Rudi Völler en los minutos finales del choque, poniéndole el sello al resultado a partir de la ejecución de Andreas Brehme.
En Brasil 2014, hubo un penal del arquero germano Manuel Neuer a Gonzalo Higuaín clarísimo, que el encargado de partir justicia, el italiano Nicola Rizzoli, decidió omitir: distinto hubiera sido el enfrentamiento con la posibilidad argenta de ejecutar esa pena máxima, aunque también hubo muchos goles desperdiciados por los futbolistas de Alejandro Sabella.
También hay que hacer un mea culpa, claro: el '94 estuvo marcado por el doping positivo de Maradona, que derivó en golpe anímico para el equipo y eliminación en octavos ante Rumania. En Francia '98, con un equipazo, el cabezazo de Ariel Ortega a Edwin Van Der Sar, la expulsión, el gol agónico de Países Bajos y la despedida en cuartos de final.
Argentina se cansó de tener buenos equipos y no poder materializar esa superioridad de jerarquía y nombres en el resultado: quizás el mayor fracaso haya sido el del Mundial 2002, tal como expresó el entrenador de aquel momento, Marcelo Bielsa: “El fútbol tiene como opción que no gane el mejor. Fuimos el mejor equipo del grupo, merecimos ganar holgadamente contra Suecia, merecimos un resultado superior al que obtuvimos contra Nigeria y no merecimos perder contra Inglaterra. Ha sido un fracaso porque estábamos en condiciones de obtener más de lo que obtuvimos”.
El fantasma de Alemania volvió a reinar en 2006. José Luis Pekerman decidió incluir al "Jardinero" Cruz en lugar de jugársela por Lionel Messi, aquel joven que ya pintaba para cosas serias, y el papelito del arquero teutón Lehmann en los penales nos despidió en cuartos, otro golpe durísimo para un equipo que pintaba para candidatazo.
En 2010 pecamos de soberbios y subestimamos al rival. “Estamos ocho puntos, muy bien. Sabemos que Alemania le ganó muy fácil a Inglaterra, pero también sabemos que, cuando Inglaterra lo apuró, le empató y el referí no le dio el segundo gol. Así que no nos metamos el 4-1 de Alemania a Inglaterra. No nos comamos el chamuyo, no nos comamos la mentira”, dijo el DT Maradona el día previo al partido. 0-4 y a casa, con el Diego en el banco y Lionel como bandera.
El mencionado 2014, con el maestro Sabella y un conjunto con una identidad bien marcada, fue la competencia donde Argentina más cerca estuvo de volver a coronarse, pero otra vez Alemania se interpuso en el camino, y Gotze nos arruinó la coronación de Messi de una vez por todas con nuestra camiseta.
Lo del 2018 fue un papelón: “Preparamos muy bien el Mundial pero luego la Copa, en sí, no fue tan buena. Debíamos buscar equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento”, afirmó el DT de aquel seleccionado, Jorge Sampaoli, que se clasificó a octavos de milagro y allí fue donde Francia le dio un baño de realidad.
Desentendimiento de plantel y cuerpo técnico, desaprovechamiento de Messi y una nueva pálida para el conjunto nacional que volverá a intentarlo en Qatar 2022, probablemente el último Mundial del mejor jugador del planeta. ¿Hay chances de romper la racha? ¿Podrá Scaloni revertir la adversidad? Todo está por verse. Pero, antes, habrá que hacer un serio repaso por todo lo vivido, para no volver a repetirlo.