¿Desaparecerá definitivamente el ascenso y el descenso en la Liga MX?

En el fútbol mexicano hay futbolistas que ya no voltean ni a ver la porcentual

Hace muchos años, en la Liga MX había tres niveles de competencia. El primero, lo conformaban aquellos clubes que semestre a semestre hacían muy bien las cosas y podían darse el lujo, no solo de soñar con el campeonato, sino de luchar seriamente para conseguirlo.

Un par de escalones abajo de ellos, estaban los clubes que si bien no se caracterizaban precisamente por llevar copas a sus vitrinas, sí era común enfrentarlos en la liguilla, y en una de esas, porque es fútbol y el balón es caprichoso, se les dio la rara cosa de ganar el campeonato.

Y justo abajo de estos, había equipos que no podían siquiera soñar con el campeonato. Es más, ni siquiera veían factible clasificar a la liguilla. Su misión era mantenerse en el máximo circuito. Situación completamente desconocida para los jugadores de hoy en día, que en ocasiones ya ni siquiera saben en qué lugar va su equipo en la tabla porcentual, pues lo que antes conocíamos como 'descender', hoy se ha convertido en una multa, la cual, dicho sea de paso, le cuesta únicamente a los dueños, no a los futbolistas.

¿De qué manera afecta el no descenso al desarrollo de la liga y del fútbol mexicano en general?

No es ningún secreto que el nivel del fútbol mexicano a nivel liga, pero, sobre todo, a nivel selección, ha venido en decadencia en los últimos años. Hay quienes adjudican esto al exceso de extranjeros, lo cual, por consecuencia, reduce las posibilidades que tienen los jóvenes para mostrarse.

Por otro lado, están los que relacionan esto con el hecho de que, desde hace años, en México ya se juega sin la presión que implica perder la categoría, lo cual afecta directamente al espírtu competitivo de los deportistas, llevándolos a todos a un eterno estado de confort.

Y el tema no parece acabar jamás, pues diversas fuentes aseguran que los dueños del balón estarían considerando seriamente erradicar por completo el ascenso y descenso de la competencia mexicana, provocando indignación y nostalgia, en todos aquellos que crecimos pegados al televisor en la última jornada, siendo testigos de cómo veintidós guerreros peleaban con valentía y pundonor por no descender. Algo que, lo más probable, nunca más volveremos a ver.