De resistido a salvador en el Superclásico: el consagratorio partido de Villa ante River por la Copa Maradona

Boca Juniors v River Plate - Copa Diego Maradona 2020 - Villa festeja, Ponzio se lamenta.
Boca Juniors v River Plate - Copa Diego Maradona 2020 - Villa festeja, Ponzio se lamenta. / Marcelo Endelli/Getty Images
facebooktwitterreddit

"En Boca no puede jugar un tipo que termina todas las jugadas mal", es el reclamo popular que los hinchas "Xeneizes" vienen realizando desde que el colombiano Sebastián Villa desembarcó en el club azul y oro, allá por junio de 2018.

En mi opinión personal debo decir que razón no les faltó, pero al mismo tiempo no ven ni mencionan la otra parte del delantero de 24 años: no hay nadie con la capacidad de gambetear en velocidad como él, y cuando lo hace es incontenible para cualquier rival: "Esperen a que mejore sus decisiones en los últimos metros y será un jugador fabuloso", remarqué siempre.

A juzgar por su rendimiento de ayer en el Superclásico ante River, donde con una enorme definición tras una gran jugada de Carlos Tevez igualó las acciones 2 a 2, la balanza se empieza a inclinar para el lado de los que entienden que el colombiano tiene un potencial bárbaro, aprovechable: hay que darle confianza, no liquidarlo de manera inmediata cuando falla un pase que a priori parece fácil.

¿Seguirá tomando decisiones incorrectas? Seguramente, porque más allá de lo que pueda hacer el técnico Russo y sus colaboradores, las determinaciones se toman en una fracción de segundos y es imposible poder cambiar todo tu juego de manera inmediata.

Sin embargo, aceptando el déficit y trabajando de forma paulatina con el objetivo de pensar con mayor claridad el mejor pase o la más nítida opción, Villa será un jugador de club europeo en no mucho tiempo, porque la condición que tiene para sacarse de encima con tanta facilidad a tantos rivales es asombrosa.

Si a ello le agrega definiciones como las de ayer, que ante la salida del arquero Armani tuvo la lucidez mental para picársela y salir a festejar, Boca lo tendrá por poco tiempo más: es cuestión de depositarle confianza, no caerle ante las fallas y dársela con ventaja para que vuele.

Ayer, ante River, desequilibró por izquierda, brindó una mano en defensa para que Montiel no pasara con continuidad, realizó gambetas en lugares determinantes del campo de juego, cansó defensores y volantes rivales y, a falta de cinco minutos para el epílogo y en desventaja tras los goles de Girotti y Borré (Ábila había abierto la cuenta), se iluminó con la definición XXL para hacer respirar a los boquenses.

Ténganle un poco de paciencia, bosteros: es preferible tener un potencial enorme en ciertos aspectos y poder trabajar incansablemente en los defectos que hacerle creer al futbolista que sus virtudes no sirven, destrozarle la confianza y saber que el futbolista no te aportará nada. El primer paso ya está dado.