Cruz Azul, ante la oportunidad de oro para darle una estructura seria al club de fútbol

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Un nuevo temblor sacude a toda la Cooperativa Cruz Azul luego de que la Unidad de Inteligencia Financiera congelara por varias horas las cuentas de los tres máximos responsables de la institución: Guillermo Álvarez, Alfredo Álvarez y Víctor Garcés, por presunto lavado de dinero y delincuencia organizada.

Ante el impacto que esta noticia genera, en un par de horas surgieron cientos de rumores entorno al equipo de fútbol, un ente que se supone está alejado de la Cooperativa y sus irregularidades financieras, pero que en la práctica no funciona así. Los tres directivos están estrechamente relacionados al club y no sólo eso, sino que también tienen injerencia en las decisiones deportivas.

Manuel Velasquez/Getty Images

Este es uno de los grandes males que padece la Máquina, pues en cualquier organización seria, una correcta división de trabajo es fundamental para alcanzar el éxito deportivo. Si en lugar de darle libertad a los empleados de que desarrollen un modelo de trabajo serio, se inmiscuyen en asuntos que no les corresponden y terminan por tomar decisiones que no les competen, el resultado de la organización finalizará en fracaso.

Lo peor para el Cruz Azul y sus aficionados es que han habido algunos aciertos que confunden a la cúpula directiva de que son capaces de imponer entrenadores, directores deportivos o jugadores, cuando en realidad más que ayudar, merman un correcto desarrollo deportivo y nunca terminan por establecer una organización seria con la mentalidad 100% puesta en el objetivo.

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Ahora ante la crisis que atraviesan Guillermo, Alfredo y Víctor, del cielo emerge un ligero rayo de esperanza, ese que ilumina un futuro sin el cáncer directivo que ha gobernado al club durante las últimas dos décadas, pues si el Cruz Azul quiere ser de nuevo una institución seria y con proyectos que apunten de nuevo a la grandeza, el futuro en los despachos debe cambiar de inmediato.

Esta es la oportunidad de oro para que la sacudida en la cooperativa también impacte en el club, pero de forma positiva, pues el equipo de fútbol no tiene nada que ver con toda la corruptela que engloban sus directivos ni los malos manejos que tengan ante la ley. El fútbol debe ser un espacio limpio y de esperanza, sobre todo para sus aficionados, quienes se encargan de darle la verdadera importancia a este club, pues sin ellos, el Cruz Azul sería un equipo del montón, sin estadio y sin títulos.


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