Camisetas que serán recordadas por lo feas que eran

Buena calidad, sí. Linda, no.
Buena calidad, sí. Linda, no. / MANUEL BARRIOPEDRO/Getty Images
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Si hay algo que los futboleros adoran, es coleccionar o simplemente estar a la vanguardia con las últimas camisetas que se estrenan. Pero hay algunas excepciones que lograron lo imposible: odiarla por el diseño y el intento trunco de innovar.

A continuación, las seis casacas más feas de la historia...

6. Athletic Club

El vasco Darío Urzay diseñó la llamada camiseta del Ketchup -por los salpicones de rojo en el manto- del Athletic Club de Bibao en 2004/05 para celebrar la vuelta a la UEFA. La misma debió ser retirada por exigencia de los aficionados. ¿Tan fea les parece?

5. Manchester United

Sí, está camiseta utilizó el Manchester United en 1990. Lejos de su identidad colorada, Adidas decidió innovar y solo causó el rechazo masivo no solo de los hinchas del cuadro inglés sino que de gran parte del pueblo futbolero.

4. Palencia

Con el slogan de "la camiseta más impactante de la historia del fútbol" y el #NosDejamosLaPiel, el Palencia presentó la indumentaria más insólita y horrible que hemos visto. Los músculos, de todas formas, causaron efecto y a pesar de ser un equipo de 4ta división fue muy vendida. Algo es algo...

3. Bochum

Lejos de querer mostrar una postura, ideología o pensamiento -tal como Manuel Neuer a la Comunidad LGBT en la Euro 2020- los alemanes hicieron una locura en la década del '90: la bandera del arco iris en la casaca y miles de hinchas con taquicardia. Habría que revisar el archivo, porque no abundan las casacas de este estilo...

2. Barcelona

La belleza de la blaugrana a la basura, ese es el lema al diseña la camiseta alternativa del Barcelona. Pocos conjuntos suplentes pasaron desapercibidos en el último tiempo culé. El naranja de los 97/98 fue abominable para los barcelonistas.

1. Real Madrid

Con la idea de ser una camiseta homenaje, la marca encargada de llevar adelante los diseños del Real Madrid en 1996/97 desapareció tras rendirle culto al mal gusto: estamparon las caras en el manto blanco y fin de la imaginación. Kelme nunca más.