Boabdil el Chico y Granada lloran por Europa
Granada es una de las ciudades más especiales de la península ibérica. El municipio andaluz fue capital del reino que llevaba su nombre durante el mandato de los árabes en España. Además, fue la última ciudad en la que resistieron los nazaríes en la llamada reconquista de los Reyes Católicos. Pese a que el avance del Reino de Castilla sentenció muchas tradiciones tomadas durante la ocupación árabe, no pudo con Granada. Desde entonces, allí reside una magia y un aire bohemio que endulza el ambiente y conquista al visitante.
Una mística que hoy ha llegado al equipo de fútbol. Pese a que los granadinos ya habían rozado la gloria con aquel duro Granada de mediados del siglo XX, nunca habían conseguido la clasificación europea. Los rojiblancos, de una u otra forma, atraían al público a Los Cármenes, pero no versaban con el estilo de la ciudad. Esta temporada, de la mano de Diego Martínez, las paradas de Rui Silva, el espectacular y fiel Darwin Machís y los goles de Roberto Soldado, han conseguido asaltar los puestos europeos. Un séptimo puesto que volcó en lágrimas a una ciudad que les necesitaba para volver a sentirse inmersos en la historia.
Las lágrimas que inevitablemente traspasan los siglos y atraen el recuerdo del rey nazarí Boabdil el Chico, el último monarca islámico de la ciudad. Según cuenta la leyenda, su madre, la sultana Aixa, le dijo: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre”, cuando este sollozaba por haber tenido que entregar las llaves de la ciudad en 1492. Hoy, las lágrimas han vuelto a Granada, pero no por una reconquista ni por la pérdida, sino por la alegría de poder ver el escudo y su ciudad y la posibilidad de conquistar Europa.
“Yo me iba a mi Graná mora a resistir al Mulhacén”, versa Gata Cattana, Ana, en una de las canciones de su disco póstumo. Esta temporada serán muchos los que la acompañen en el viaje, en el alma, pero para resistir por el equipo. Un equipo que estará defendido por el pico más alto de la península y por la hermosa Alhambra. El monumento que inspira al más pintado y que cederá su historia para ver avanzar el nombre de su ciudad.
Hoy el arte fluye por las calles nazaríes. El Albaicín versa con sus caminos, sus cuestas y sus hogares. Las calles que derrochan poesía se vuelcan con la séptima posición. El Generalife y la Alhambra ponen su belleza al servicio rojiblanco. El Mulhacén y toda Sierra Nevada protegen a los suyos con su inmensidad. Los Cármenes desea llenarse y ver a los suyos disfrutar. Granada quiere ser Granada.