Benzema le da nuevamente el liderazgo al Madrid
Por Pablo Falcones
El Real Madrid ya sabía que era campeón de invierno antes de enfrentarse hoy al Athletic de Bilbao. No obstante y a pesar de las innumerables bajas, los blancos han completado un gran partido en La Catedral para imponerse ante un muy buen Athletic gracias a un doblete de Benzema (1-2).
Lo cierto es que el comienzo del encuentro fue espectacular. Por parte de los dos equipos. Había muchos espacios y poco control en el centro del campo (con la excepción de Kroos). Benzema ajustó al palo largo una rosca preciosa para abrir el marcador, y apenas dos minutos después lograba su segundo gol tras una jugada trabada de Hazard.
El comienzo era sensacional, y para no bajar el listón, Ohian se inventaba un latigazo que tras pegar en el palo batía inapelablemente a Courtois. Los vascos no querían parar y a balón parado estaban cerca de empatar, con dos remates altos de Vencedor. Lo dicho, la primera media hora del encuentro fue trepidante hasta que Kroos decidió que había que enfriar un poco el partido.
La segunda parte siguió con el mismo guion con el que había acabado la primera. Marcelino quería agitar un poco el encuentro y dio entrada a Nico Williams. Un error en el pase de Lucas Vázquez casi le cuesta un disgusto a un Real Madrid que hasta ese momento había vivido tranquilo. Esa jugada, además de los cambios de Raúl García y Lekue, agitaron al conjunto local.
En el último cuarto de hora, Iñaki y NIco gozaron de nuevo de un par de ocasiones claras pero se toparon con Courtois. Muy sobrio el belga, que completó un gran encuentro. Al igual que su compatriota Hazard. Lo cierto es que Eden estuvo mucho más activo que otros días, se asocio mucho con Benzema e incluso a punto estuvo de marcar al final. Todo lo contrario que un Vinicius gris.
En definitiva, el Real Madrid ganó un partido vibrante gracias su orden, a la calidad de sus jugadores y sobre todo a que tiene un jugador de la talla de Benzema. Se va de vacaciones con 8 puntos de ventaja sobre el Sevilla y la sensación de que, o sucede una catástrofe, o esta liga ya empieza a teñirse de blanco. Blanca Navidad en la liga.