Bastante hemos conseguido con que regrese el fútbol, no podemos quejarnos de estadios vacíos

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FBL-GER-BUNDESLIGA-COLOGNE-LEIPZIG / INA FASSBENDER/Getty Images
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Con la pandemia global que hemos sufrido debido a la expansión del coronavirus, el mundo entero se detuvo durante meses. Estados de alarma, contagios, muertes, privación de la libertad de circulación,... Una auténtica tragedia que parecía sumir a nuestra sociedad en una depresión sanitaria, económica e intelectual.

Por supuesto, el fútbol pasaba a un plano secundario y durante muchas semanas se manejó la posibilidad de que las ligas europeas no pudieran ni siquiera terminarse esta temporada. De hecho, la Ligue 1 se dio por concluida y proclamó campeón al Paris Saint Germain.

No obstante, gracias al esfuerzo colectivo de todos, la situación ha ido mejorando poco a poco en todo el planeta y las ligas han podido reanudarse. En Alemania de hecho ya llevan más de 2 semanas de fútbol, en España nos ponemos en marcha la semana que viene y en Inglaterra e Italia lo harán la siguiente.

UEFA - Handout/Getty Images

Es decir, hemos conseguido algo que hace un mes parecía imposible. El principal condicionante, el principal cambio dentro de todos los que ha habido, es que los partidos se jueguen a puerta cerrada. Cuanto menos contacto entre personas y menos aglomeraciones, mejor. Y digo yo que es una tontería quejarse por esta circunstancia.

Evidentemente los partidos no volverán a ser igual si no hay público. Los ingresos en los clubes se reducirán. El ambiente mágico de cada duelo se perderá. No habrá ese 'factor cancha' que te da el aliento de tu afición. ¿Y? Bastante se ha logrado con poder reanudar las ligas europeas en la situación que estamos viviendo.

Hemos de tener en cuenta que lo primero de todo, lo único que importa, es la salud. Cualquier medida es poca después de que en el mundo haya habido millones de contagiados y cientos de miles de muertos por culpa de este maldito virus. Que se jueguen los partidos que quedan esta temporada es casi un milagro. Un privilegio en toda regla para los que somos aficionados a este deporte.

Por eso me parece una salvajada quejarse por el hecho de que los partidos se jueguen a puerta cerrada. Hemos de recordar de dónde viene ahora mismo todo el planeta y darnos más que por satisfechos sólo por poder recuperar los partidos de las grandes ligas. Que sean sin público es la mínima medida de seguridad que se puede adoptar.