El orgullo, el arma del Barcelona
El partido no fue bueno pero el equipo necesitaba lograr los tres puntos como fuese, y tirando de casta y algo de suerte en los últimos minutos, el Barcelona consiguió ayer una victoria en el Estadio de la Cerámica que permite al equipo seguir acercándose, muy poco a poco, a los puestos más altos de la clasificación liguera.
Durante los quince primeros minutos, el conjunto culé gozo de multitud de ocasiones que, por lo general, fueron ocasionadas por errores del equipo groguet que empezó el partido algo dormido. A partir del minuto 20 del primer tiempo los barcelonistas pasaron a practicar un fútbol bastante lento e impreciso, lo que provocó que el Villarreal se reactivase y se instalase en la frontal del área de Marc-André ter Stegen.
Algunas indicaciones de Xavi en el descanso permitieron a los culés ajustar algunos detalles de la salida de balón y volvieron a controlar el encuentro durante, eso, aproximadamente quince minutos, pues a partir del ecuador de la segunda mitad volvieron a cambiar las tornas. Al menos durante ese rato de buen fútbol el equipo pudo adelantarse en el marcador gracias a un ajustadísimo gol de Frenkie De Jong.
Las ocasiones para el Villarreal se sucedieron sin cesar y a trece minutos del final puso el empate en el electrónico gracias a una buena definición de Samu Chukwueze. Los amarillos siguieron atacando la portería del guardameta alemán sin demasiado acierto, lo que permitió que a escasos cuatro minutos del pitido del colegiado, un buen saque de puerta de Ter Stegen acabase en el gol de la victoria de Memphis Depay. Varios minutos después Philippe Coutinho provocó y transformó el penalti de la tranquilidad.
El partido no es bueno y seguramente se sucedieron tramos que podrían considerarse los peores minutos del Barça desde que Xavi está en el banquillo, pero hay días que son así, mal fútbol del equipo contra un gran rival pero se consiguen sacar los importantísimos tres puntos. El Barça necesita cambios, pero también que los lesionados se recuperen. Tiempo al tiempo, hay que dejar trabajar a Xavi.