El Barcelona cayó con orgullo ayer... pero al final volvió a perder

Humo. La prensa de nuestro país, igual que el Barcelona de puertas a fuera, intenta vender la derrota de ayer contra el Real Madrid como un éxito (3-2). Qué quieren que les diga. Me parece muy triste, de equipo pequeño, que un club como el Barcelona esté orgulloso después de haber perdido contra el eterno rival. Por quinta vez consecutiva, por cierto.

Viendo cómo comenzó el partido, olía a goleada. Sin embargo, los de Xavi se repusieron muy bien tras el gol de Vinicius y el empate de Luuk de Jong fue merecido. Es más, durante varias fases del partido dominaron a los blancos a base de posesión. Pero al final, las mayores ocasiones de peligro las tuvo casi siempre el Real Madrid. Y sobre todo, se llevó la victoria.

Por supuesto hay cosas positivas que sacar. El gran regreso de Ansu y Pedri, el excelente partido de Dembelé (que se quiere ir) y Luuk de Jong o el buen nivel de Alba y Araújo son noticias agradables en una temporada aciaga. Pero de ahí a decir que el Barcelona sale reforzado de una derrota me parece demasiado. Ha volado la opción del primer título de un año que se presenta muy duro. Y posiblemente la opción más clara.

Perder una semifinal contra el eterno rival, cuando lo has tratado de tú a tú con el balón, en la prórroga, es muy doloroso. Difícil decir que el Barcelona sale ganando. Pero bueno, el listón de los azulgrana está donde está hoy por hoy. De Jong no existe, Alves, Piqué y Ter Stegen son una sombra de lo que fueron y los fichajes de este año no están funcionando.

Sin ir más lejos, hace exactamente dos años el Real Madrid tenía en la Supercopa de España la oportunidad de alzar un título después de un curso aciago. Una Supercopa a la que llegó de rebote, pero se plantó en Jeddah... y la ganó. Eso sí que me parece un motivo para estar orgulloso, aunque los blancos tampoco alardearon mucho de un título menor.

En un equipo del nivel del Barcelona, el orgullo no puede ser suficiente para estar contento. No se pueden dar por satisfechos. Ahora les toca agachar la cabeza, padecer en un curso que será muy duro y ver cuándo pueden empezar a remontar el vuelo. Ganando, por favor.