Aunque lo niegue, Miguel Herrera está cerrando muchas bocas
Por Carlos Alberto Pérez García
Retrocedamos en el tiempo al 11 de julio de 2020, hace apenas 33 días, cuando el Cruz Azul arrollaba a un América sin ideas, alma, ni estilo 4-1. Cinco días después, las Chivas volvían a endosarle 4 goles a las Águilas y ese día, el #FueraPiojo estremeció las redes sociales del club más exigente de México; sin embargo, un mes de competencia oficial le bastó a Miguel Herrera para demostrar que cuando debe rendir, no hay persona más confiable que él.
Tres victorias y un empate colocan al América de Miguel Herrera en la cima del campeonato una vez más y ya encaminan su participación a un nuevo torneo con un mínimo de 30 puntos y liguilla asegurada. Falta mucho para que esto se cumpla, pero si en alguien puede confiar el americanismo para este tipo de resultados cada seis meses es en el 'Piojo'.
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Partiendo desde el hecho de que nunca como entrenador del América se ha quedado sin liguilla y en los 9 torneos que ha dirigido, siempre ha cosechado un mínimo de 30 puntos y semifinales aseguradas. Habrá quien cuestione su estilo, pero nadie le puede recriminar resultados, mucho menos si ya entregó dos títulos de liga y dos subcampeonatos.
A un equipo como el América siempre habrá que exigirle, y tras la derrota debe existir autocrítica y mejora, pero pedir la salida de un entrenador luego de un torneo amistoso solamente dejó en evidencia que existe un sector que simplemente ya se hartó de su personalidad, pero que de fútbol mexicano entiende muy poco.
Salvo los Tigres, ningún otro equipo más que el América se ha quedado sin liguilla cuando Miguel Herrera ha sido entrenador del América. Conseguir eso en el fútbol mexicano, uno de los más irregulares y competitivos, es una auténtica proeza.
No hay que caer en el cuento de que el América tiene que gustar, golear y ganar siempre, porque eso es una utopía; sin embargo, lo que sí se le debe exigir es que pregone la actitud americanista y gane, cosas que ha cumplido a cabalidad y que en este nuevo torneo se ha encargado de volver a hacerlo, cerrando la boca de sus críticos más absurdos.
Miguel es un hombre polémico, protagonista y con poca autocrítica en sus declaraciones, pero como entrenador del América solamente se pueden obtener buenas referencias. Se pueden cuestionar sus métodos y su estilo, pero cuando es la hora de la verdad, siempre se encarga de callar bocas.
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