Ancelotti con los cambios resucita al Madrid y le da el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey

La mejor comparación que existe para describir el partido del Real Madrid es la del Dr Jekyll y Mr Hyde. Un equipo con dos caras: una primera parte calamitosa y un segundo tiempo con una actitud totalmente diferente. Ancelotti dio entrada a Asensio y a Ceballos y revolucionaron el partido. Consiguieron el empate, y para poner la guinda al pastel, Marco le regaló un balón en la frontal a Dani que puso lejos del alcance de Jorgensen con un golpeo de balón precioso. Duro, seco, raso y pegado al palo.

Los primeros compases del partido fueron un anuncio de lo que iban a ser los primeros 45 minutos. Militao en un exceso de confianza dejó que el balón saliese por la línea de banda cuando iba suya, y de ahí nació el primer gol de Capoué, en un disparo inapelable donde Courtois no pudo hacer nada. Tras parecer un muñeco en manos del Villarreal durante toda la primera parte, Chukwueze anotó el 2-0 al filo del descanso. Las sensaciones fueron de que el partido estaba sentenciado, pero ya lo avisó Ancelotti en rueda de prensa: ''están dando al Madrid por muerto muy pronto''.

La segunda parte fue otro partido. Después de ver la cara del mal, tocó ver la del bien, y esa fue la de Dani Ceballos. Un jugador que cada vez que salta al verde lo hace con una actitud intachable. Merece más que nadie este gol, fue el autor de la remontada y el MVP del partido. Ancelotti dio la vuelta al partido y se mete en los cuartos de final de la Copa del Rey. Vinicius y Militao fueron los autores de los goles del empate. El Real Madrid ha salvado su ''match ball'' particular después de una semana muy dura. El domingo visitarán San Mamés.