Análisis del mercado de pases de Boca: había que renovar, pero perdió más de lo que ganó
Es cierto que se imponía una renovación de jugadores. Es una realidad que había muchos futbolistas que ya tenían su ciclo cumplido en Boca Juniors, que ya no tenían más para darle a la institución "Xeneize", que su continuidad no tenía sentido de cara a un nuevo semestre.
No me estoy refiriendo a Carlos Tevez, capitán y símbolo que decidió alejarse para poder decidir su futuro en la recta final de su carrera, ni a Esteban Andrada y Nicolás Capaldo, quienes tomaron la determinación de buscar un futuro económico más conveniente teniendo en cuenta el buen nivel que venían exhibiendo.
Estoy hablando de nombres propios como Mauro Zárate, Julio Buffarini, Leonardo Jara, Emmanuel Mas, Gonzalo Maroni y Franco Soldano, que más allá de sus condiciones individuales habían cumplido un ciclo en una entidad que te exige que des el 100% en cada partido, además de la posible salida de Sebastián Villa y Cristian Pavón, quienes se encuentran en la misma situación.
Sin embargo, creo que el problema que se presenta aquí es el de las nuevas incorporaciones: no porque no tengan nivel para llegar al equipo dirigido por Miguel Ángel Russo, pero sí debido a que no le dan el salto de categoría que un club de tal magnitud lo requiere, más allá de no tener Copa Libertadores de América por delante, al menos en esta edición.
Lo venimos diciendo hace tiempo: ni Nicolás Orsini, ni Norberto Briasco, ni Esteban Rolón, ni Juan Ramírez ni Luis Advíncula son esos jugadores distintivos que te pueden llegar a definir un encuentro definitorio en donde las papas queman, al menos a priori. Ninguno es jerarquía pura.
Entiendo que en un mercado de pases chato y sin grandes erogaciones económicas uno se tiene que arreglar con lo que puede y tiene a disposición, y dentro de ello Boca ha incorporado futbolistas que se habían destacado en sus clubes hace no mucho tiempo. Eso es cierto.
Pero el "Xeneize", acostumbrado a planteles ricos en nombres y mezclados con juveniles con ganas de pelear un puesto, hoy en día está lejos de poder tenerlo y encima no tiene constituido un XI que salga de memoria, ni siquiera una identidad marcada a la hora de saltar al campo de juego.
¿Le puede alcanzar para pelear en el torneo local y en la Copa Argentina? Seguramente, ya que su plantel claramente es mucho más competitivo que el de la mayoría de los clubes locales. Pero nada se asemeja con el Boca de años atrás, donde el hincha ya sabía que el equipo iba a responder en cualquier circunstancia. La jerarquía quedó lejísimos y, más allá de que el fútbol no son solo nombres, Boca lo puede pagar más que caro.