La candidatura de Casillas a la RFEF es un arma de doble filo en la apuesta por el cambio
El portero español anunció en el día de ayer lo que ya era un secreto a voces, será uno de los candidatos a la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol en las próximas ediciones. Casillas lo hizo oficial a través de su Twitter con este mensaje: "Sí, me presentaré a la Presidencia de la RFEF cuando se convoquen las elecciones. Juntos vamos a poner nuestra Federación a la altura del mejor fútbol del mundo: el de España. #IkerCasillas2020", junto a un montaje digno de cualquier partido político.
Esta noticia que ya se veía venir desde el pasado mes de diciembre, cuando la Cadena SER se hizo eco de los rumores que han terminado haciéndose realidad, ha despertado un gran interés durante todo este tiempo y son muchas las incógnitas que existen al respecto. ¿Quiénes serán sus principales apoyos?, ¿cuándo se celebrarán las elecciones?, ¿sabe Casillas cómo gestionar un ente tan grande?, esta y otras muchas preguntas deberán responderse de aquí en adelante, pero por ahora su candidatura es un arma de doble filo.
Por un lado contar con una persona como Iker Casillas, capitán de la Selección española durante su etapa dorada, es un punto a favor por su conocimiento del mundo del fútbol. Sin embargo, por otro lado, hay quien desconfía no solo por su marcado pasado madridista, sino por la necesidad del portero de contar con los votos de los detractores de Rubiales, afines en su mayoría a Javier Tebas.
Este hecho ha despertado las perspicacias de muchos para asegurar que el presidente de LaLiga podría estar detrás de esta candidatura, lo cual, presumiblemente, no sería nada positivo para el fútbol español. Contar con Casillas en la presidencia sería positivo, pero con Tebas en la sombra supondría tener al mismo hombre al mando de las dos máximas instituciones futbolísticas del país.
Mas aún es pronto para vislumbrar qué sucederá en las elecciones, pues todavia no están ni convocadas, pero por el momento la posible llegada de Casillas a la presidencia de la RFEF es una buena noticia. Las numerosas críticas a la gestión de Luis Rubiales en los casos más controvertidos de los últimos años no han dejado en muy buen lugar a la directiva, y un cambio de rumbo es seguramente la mejor solución para que se cumpla eso que promete Iker, poner a la Federación a la altura del fútbol español, el mejor del mundo.