Cinco recordados equipos argentinos que no lograron ser campeones

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1. Talleres (Nacional 1977)

Talleres nunca estuvo tan cerca de salir campeón en el fútbol argentino como en el Nacional 1977. El rival en la final era el Independiente dirigido por José Omar Pastoriza. Tras el 1 a 1 en la ida en Avellaneda, el Rojo se puso arriba de visitante. La T logró darlo vuelta y encima se quedó con 3 hombres más en cancha por las expulsiones de Enzo Trossero, Rubén Galván y Omar Larrosa. Pero con 8 jugadores, Bochini se las ingenió para llegar al empate y arrebatarle el título de las manos al conjunto cordobés.

2. Rosario Central (Copa Argentina 2015)

En Rosario todavía no se va la bronca por la final de Copa Argentina perdida contra Boca en Córdoba. El equipo del Chacho Coudet hizo todo para ganarla, pero un desastroso arbitraje de Diego Ceballos inclinó la balanza para el lado del Xeneize.

3. Gimnasia (Clausura 1995)

Gimnasia tiene una larga historia de grandes merecimientos y pocas recompensas. Hasta el momento nunca ha podido ganar una liga local, pero cuando más cerca estuvo de hacerlo fue en el Clausura 1995 de la mano de Carlos Timoteo Griguol. Ese equipo llegó a la última fecha dependiendo de sí mismo: si le ganaba a Independiente era campeón. Sin embargo, un gol de Mazzoni le arruinó la fiesta al Lobo y San Lorenzo no desaprovechó la oportunidad.

4. Huracán (Clausura 2009)

El equipo más recordado que no logró ser el campeón sin lugar a dudas es el Huracán de Ángel Cappa. El Globo había mostrado durante todo el primer semestre de 2009 un fútbol de altísimo vuelo de la mano de jugadores como Pastore, Defederico, Bolatti, Toranzo o el Maestrico González y llegaba a la última fecha arriba de todos. Sin embargo, Vélez le ganó 1 a 0 (polémico gol de Maxi Moralez tras un foul sobre el arquero Monzón que Brazenas omitió) y le quitó el campeonato.

5. Tigre (Sudamericana 2012)

El sueño de Tigre de conquistar su primer título internacional llegó a su fin de una manera sumamente injusta. Después del 0 a 0 como local, el Matador fue al Morumbi en busca de la hazaña, pero allí se encontraría con un ambiente hostil y antideportivo. Los jugadores sufrieron agresiones en el entretiempo y en consecuencia decidieron no salir a jugar el complemento. Pese a las pruebas que existían, la Conmebol castigó a Tigre y le dio el partido por perdido, coronando de esa forma a Sao Paulo.